Pesca
Los pescadores ebrenses empiezan la primera veda biológica del pulpo de roca
El paro coincide con el periodo de puesta de las hembras
Este verano los pescadores de pulpo de roca de las Terres de l'Ebre no capturan. Es la primera veda biológica de la especie que se lleva a cabo en el territorio después de que el año pasado se les pidiera extenderla a todo el litoral catalán. La finalidad es conseguir aumentar la población. En las principales lonjas ebrenses, la veda se ha reflejado en las notas de primera venta de comercialización del pulpo, que han sido mínimas. Sólo contienen algunas capturas accidentales de modalidades no dirigidas al pulpo. En el Ebro el pulpo roquero se captura con cadups y asas. El paro en la costa ebrense se hace en julio y agosto porque coincide con el periodo de puesta de las hembras. Hacia el norte, el agua es más fría y la reproducción se retrasa y empieza más tarde.
Hasta el 31 de agosto, las cofradías de pescadores de l'Ametlla de Mar, l'Ampolla, la Ràpita y las Cases de Alcanar, no pescarán pulpo. Para favorecer la recuperación y aumento de la población de la especie, después de cuatro años de seguimiento, los científicos aconsejaron hacer este paro en verano, en julio y agosto, en la zona del Delta del Ebro. Según la zona, la veda oscila entre los meses de mayo y octubre.
«El pulpo es una especie muy importante en Cataluña. No hay restaurante ni bar donde no encuentras una tapa para hacer de pulpo, y es tan nuestro como de los gallegos o los atlánticos. Lo que hacemos es defender la producción local con esta gestión», ha defendido Jordi Rodon, jefe del servicio de Recursos Marinos de la Generalitat.
Un plan de gestión específico
La medida de la veda biológica se enmarca en el plan de gestión del pulpo de roca capturado con cadups y asas, específico para las Terres de l'Ebre, que se aprobó la semana pasada. El plan regula otros aspectos de la pesca como la limitación en número y dimensiones de las herramientas autorizadas, el establecimiento de condiciones de acceso al censo de embarcaciones, ya que hará falta una licencia especial, o la posibilidad de simultanear con otras artes y herramientas.
Además, establece una señalización y una norma marco sobre la que se despliega el comité de cogestión. El plan se impulsó por «la gran relevancia social y económica» de la modalidad. 66 embarcaciones participan, «una flota pesquera con alta dedicación y de un recurso con alto potencial de abundancia». Capturan en torno al 40% del pulpo desembarcado en el país. Los cadups o las asas cebadas – usadas en la costa rocallosa del norte – son utensilios de bajo impacto ambiental y alta selectividad, y se calan en «un entorno idóneo» para el crecimiento del pulpo, con aguas ricas en nutrientes y fondo de arenas finas y sustrato fangoso.
En Cataluña la captura del pulpo roquero está regulada desde 2019. «Después hemos ido haciendo, creando dos comités de cogestión, en la Cataluña Central y ahora en las Terres de l'Ebre, donde hay más producción de pulpo de roca», ha remarcado el jefe de Recursos Marinos. «Antes se habían hecho regulaciones muy teóricas, con vedas de muchos meses, que se demostró que el sector no podía cumplir», ha añadido. El comité de cogestión establece «vedas creíbles y funcional» que se pueden respetar y que tienen efectividad.
Pesca sostenible
Rodon explica que el pulpo de roca es «un gran superviviente», que habita y caza allí donde encuentra alimento, que se espabila». «Sólo tenemos que ayudarlo un poco a que no se sobrepesque», que es lo que busca la veda y el plan de gestión, para tener cada año la misma producción de pulpo o incrementarla, ya que la pesquera es muy importante para la zona de las Terres de l'Ebre.
El jefe de Recursos Marinos remarca que el pulpo catalán no es una especie en peligro, «de ninguna manera». «Lo está más la pesca» que no tiene relevo generacional, ha apuntado Rodon. Los precios se mantienen y las producciones van bien, pero el comité de cogestión tiene que suponer un refuerzo para tener una pesca sostenible y real, con normas que se puedan cumplir.