Sociedad
Flix recupera el pantano después de dos décadas de descontaminación y restitución ambiental
El Ayuntamiento trabaja hará un campo de regatas e impulsará un nuevo tramo navegable del Ebro
La pesadilla medioambiental de Flix (Ribera d'Ebre) ha llegado al final y podrán pasar página en todos los sentidos», como ha reivindicado el alcalde, Francesc Barbero. Este jueves, Tragsa ha retirado las últimas planchas de las más de 2.000 que confinaban el sector del embalse contaminado por la industria química. El municipio recupera una imagen casi olvidada e incluso desconocida para los más pequeños: un pantano limpio y sin barreras. El Ayuntamiento de Flix ya tiene sobre la mesa un ambicioso proyecto para convertir la zona en un «campo de regatas», con un muelle de acceso «al río de arriba», como le dicen los de Flix. También se trabaja en la reapertura de la esclusa de la central hidroeléctrica y poder habilitar un nuevo tramo de navegación en el Ebro.
El alcalde Francesc Barbero ha celebrado que Flix pueda, por fin, recuperar «la visión de un río de arriba completamente libre, sin los obstáculos que se construyeron para la descontaminación». Es «la culminación de una lucha» de casi dos décadas de la que «tenían ganas de escapar definitivamente». Aquel recinto confinado, que se encargaba de «recordar un episodio nefasto» para el municipio, ya es historia y los de Flix dejarán de ver «barreras» en su río. «Ahora más que nunca, gana todo su esplendor», ha reivindicado el alcalde.
El Ministerio para la Transición Ecológica previó terminar la obra antes del verano, y aunque se ha alargado unas semanas, el consistorio ha ido preparando un proyecto para recuperar el espacio. Junto con la Federación Catalana de Remo, el Club Náutico de Flix y el IDECE (Instituto para el Desarrollo de las Comarcas Ebrenses), se quiere crear un gran acceso al pantano desde Flix, que no tiene ninguno. El nuevo muelle será el paso previo para construir un campo de regatas de banco móvil. «Pensamos que, a medio plazo, puede suponer un revulsivo económico, deportivo, de ocio y de turismo en la zona, y que nos permitirá recuperar este espacio hasta ahora tan olvidado», ha asegurado Barbero.
La propuesta también incluye conseguir la reapertura de la esclusa de la central hidroeléctrica que confluye en este mismo espacio, conectar los dos tramos del Ebro en Flix y ofrecer un nuevo tramo de navegación, de 15 kilómetros. El Ebro es poco conocido a su paso por el municipio, pero Flix no renuncia a formar parte del canal navegable, que acaba en el pueblo vecino de Ascó. «Es otro tema que tendremos que plantear más a largo plazo, que la nuclear deje de ser un obstáculo en la navegación se tendrá que superar en un momento u otro», ha reivindicado el alcalde.
Una reindustrialización con la lección aprendida
Mientras el complejo químico de Flix busca las herramientas y las oportunidades para resurgir y reindustrializarse, en el municipio tienen claro que la contaminación provocada por la fábrica química no se puede repetir. El alcalde Francesc Barbero ha recordado que «la legislación, afortunadamente, no es la misma de la de hace cien años, o que hace cincuenta o cuarenta», y que cualquier actividad industrial en Flix, o donde esté, hoy en día está «mucho más controlada». «La legislación es más estricta y como cualquier lugar, todo lo que sea que se acabe haciendo para este relevo industrial cumplirá con las normativas, como no puede ser de otra manera», ha añadido.
Últimas planchas
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, visitó Flix en febrero para presenciar la retirada de la primera plancha del recinto confinado del embalse. Con menos honores, menos miradas y más discretamente, este jueves, los técnicos y operarios han retirado las últimas decenas de estas piezas de acero, unas 2.000 de 18 metros cada una que rodeaban la zona más próxima al complejo químico.
En este espacio se detectaron y retiraron 73.322 metros cúbicos de lodos tóxicos, según los datos de Acuamed, y ha habido que depurar cerca de 3,3 millones de metros cúbicos de agua - hasta tres veces el volumen del recinto descontaminado.
Como remarcó la ministra, el levantamiento del circuito de confinamiento ha sido un «trabajo simbólico y representativo» de un largo proceso en que el municipio de Flix ha tenido que batallar para conseguir restituir su embalse. Para levantar las planchas han hecho falta la autorización de la Audiencia Nacional, que investiga el caso de corrupción 'Frontino', que salpicó Acuamed y el proyecto de descontaminación del pantano de Flix.
La restitución ambiental corrupta
La contaminación de los barros se descubrió en 2004. En el 2015, cuando ya se habían extraído menos de 700.000 metros cúbicos de lodos tóxicos, la adjudicataria de la obra, se dieron las obras por acabadas. Pero faltaban todavía por retirar unos 80.000 metros cúbicos más y esta maniobra hinchó el coste real del proyecto, que ya era de unos 160 millones de euros. El caso 'Frontino' investiga si la misma empresa y exdirectivos de Acuamed se habrían beneficiado. El gobierno español tuvo que aportar 46 millones de euros adicionales para retirar los barros contaminados pendientes y los trabajos se alargaron hasta el 2019.
A final del 2020, la empresa pública Tragsa, nueva adjudicataria del desconfinamiento empezó a bombear agua de la zona confinada con la intención de terminar el desmontaje del recinto el verano del 2021, pero hacía falta el visto bueno del magistrado instructor del alto tribunal, que no llegó hasta el pasado mes de noviembre – a pesar de requerir y disponer de informes favorables de la CHE, la ACA e incluso el CSN y otros organismos científicos que avalaban la descontaminación.
El proyecto de retirada de las planchas contaba con un presupuesto de 7 MEUR en las cuentas generales de este año. La descontaminación del pantano Flix habrá costado más de 200 millones de euros, y la cifra final dependerá de la resolución de la justicia con respecto a la presunta corrupción en Acuamed. Es la obra más importante de reparación ambiental para retirar un foco de contaminación que se ha hecho en el país.
Largo y esperado final
Esta semana Tragsa acaba el desconfinamiento, pero han quedado dos planchas en medio del embalse que las grandes grúas no han podido desanclar del fondo del cauce. Operarios de trabajos subacuáticos las liberarán para retirarlas. «Es el último detalle que quedará para poder pasar esta página», ha apuntado Barbero. Acuamed y Tragsa también se marcharán de Flix. «El trabajo está acabado».