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El Eufònic prepara las bases futuras del festival con una duodécima edición de transición al Ebro

El público habitual agradece el esfuerzo de adaptación de la organización a raíz del golpe que ha supuesto dejar la Ràpita

El Eufònic prepara las bases futuras del festival con una duodécima edición de transición al Ebro

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El festival de artes sonoras, visuales y digitales-performativas Eufònic culmina esta semana su duodécima edición en un ambiente de transición. Después del golpe que supuso el anuncio del Ayuntamiento de la Ràpita, el epicentro tradicional del certamen, los organizadores han tenido que readaptar el programa y se preparan para definir las bases de las próximas ediciones. Se han programado actividades en espacios como la laguna de la Encanyissada o el bosque de ribera dels ullals de Baltasar. Propuestas artísticas de vanguardia, riesgo y con una elevada carga reivindicativa. Serán, fina este domingo, 35 de los 60 actos programados en seis municipios ebrenses. El público habitual del festival ha agradecido el esfuerzo de adaptación de los organizadores

Paisajes sonoros de las lagunas del delta del Ebro, de la mano del artista Merche Blanco; una performance cargada de crítica social y política entre los árboles del bosque de ribera de los colmillos de Baltasar a cargo de Txe Roimeser y Andrea Corrales; los sonidos electrónicos del concierto de Jordi Sapena en el mismo escenario; o la actuación irreverente de la Ruinosa y los strippers de la Rahola en los mismos colmillos. Son las propuestas que han dado forma en el cartel de este sábado mañana y mediodía, la jornada principal de esta duodécima edición de Eufònic.

Las pontones navegante y escuchando los sonidos del Delta han agotado las plazas y la afluencia al singular espacio deltaico de los colmillos, como ya viene siendo habitual, ha estado bastante elevada. El director del festival, Vicent Fibla, ha celebrado la respuesta de los seguidores en el contexto de una edición complicada. Difícil por la adaptación forzada del cartel después de la retirada del apoyo por parte del Ayuntamiento de la Ràpita y la marcha de lo que había sido su epicentro simbólico. También ante la necesidad de ofrecer una propuesta atractiva esquivando los problemas de reubicación y logísticos.

«Al final casi cuesta lo mismo porque hay cosas que son casi iguales, tanto si tienes 30 -de artistas- como 60. Ha sido un aprendizaje. Pero la gente es respetuosa. Ha estado lleno y todo el mundo ha sido muy comprensivo cuando ha habido un problema, pero han respondido muy bien», apunta el mismo Fibla.

Huir de los escenarios principales

La organización todavía no avanza conclusiones concretas de cómo la experiencia influirá en las ediciones futuras. Sí que asume, sin embargo, que dejarán atrás la concepción del festival con un epicentro principal en la Ràpita. Teníamos claro que con los otros seis municipios que estamos -Amposta, Ulldecona, Tortosa, Camp-Redó, Roquetes y Miravet-, son los que se quedan. Ahora huimos con la idea de pensar con un espacio principal y vamos a hacer cosas más complicadas, que generan una chispa, como lo que hemos hecho a la Encanyissada,» ha apuntado al director.

De momento, la valoración de la respuesta y asistencia de público sigue siendo positiva, dentro de los mismos niveles de las pasadas ediciones. «Tenemos un público fiel, que se suma uno nuevo. Hay un público de fuera, que se suma al de aquí. Esta gente valora las propuestas dispersas e inesperadas. Todo eso combinado da el componente sorpresa», resume Fibla.

Organismo vivo y maleable

Lo corrobora el barcelonés Eduard Escoffet. Es el suyo sexto Eufònic, el cuarto consecutivo. «Las dos cosas que valoro más es descubrir nuevas propuestas artísticas en el ámbito de las artes visuales y la música, así como redescubrir nuevos rincones de las Tierras del Ebro,» asegura. Reconoce que, a los habituales como él que vienen de fuera, les ha «costado» acostumbrarse a tener la Ràpita -donde, asegura, se sentían bien acogidos- como principal punto de referencia.

«Però el Eufònic es un organismo vivo y maleable que siempre va mutando, se ha sabido adaptar y nos acabaremos acostumbrando. El hecho principal es que es un festival muy arraigado en las Tierras del Ebro: estaba muy arraigado en la Ràpita pero tenemos muchos otros espacios», ha cerrado Escoffet, convencido de que la organización los seguirá «sorprendiendo» en futuras ediciones.

Acaba el domingo

El castillo de Amposta será el escenario de algunas de las actuaciones destcades del festival este sábado a la noche y noche, con las propuestas de Neoblad3, Hadren, la Francesssa, Flore & WSK, Alex Banks y, para acabar la jornada, los DJ Dormida y Raul Naro. El certamen finaliza este domingo con los conciertos de Nerve Agent i Sandré, dentro de las Jornadas Musicales de la Ermita de la Piedad de Ulldecona.

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