El Priorat vendimia de madrugada

La vendimia en el Priorat ha empezado, y este año de la manera más inesperada. Con las altas temperaturas que se vivieron la semana pasada, la cosecha se ha adelantado. Para evitar temperaturas extremas, algunas bodegas del territorio han empezado a vendimiar de madrugada con frontales. Ahora, es habitual ver lucecitas en movimiento entre la oscuridad de las viñas, ya que es la única manera de vendimiar evitando las horas de sol.

La gran obsesión de bodegas del territorio, como la Familia Nin Ortiz, es el alma del vino. Para que no se pierda esta esencia, la uva tiene que estar cogida en su momento concreto de maduración, que puede durar entre dos y cuatro días. El responsable de la bodega Familia Nin Ortiz de Falset, Carles Ortiz, explica que «hay un parámetro muy especial, que se denomina pH, que es quien da el inicio de la vendimia».

«Cuando vemos que la uva tiene color, la bodega hace las analíticas correspondientes y, cuando sale el pH idóneo (que ronda la cifra de 3,3), se tiene que empezar deprisa a vendimiar, para evitar que la uva entre en el proceso de pacificación, que da notas de mermelada y compota al vino, y lo convierte en más pesado. Eso no es lo que buscamos», añade.

Este año, iniciaron este proceso el 21 de agosto, pero de una manera muy especial. Las temperaturas estaban disparadas, y las cepas y vendimiadores están bajo el sol, rondando los 50 grados. Ni el sombrero, ni el agua permiten trabajar bajo estas condiciones. Además, el cambio climático, con la sequía y el calor, acelera pronunciadamente la maduración de la uva, que se pacifica rápidamente, hecho que complica en la bodega encontrar la excelencia. Todo eso, hizo tomar la decisión al equipo de avanzar unas horas la recogida.

Desde el 21 de agosto, los trabajadores de esta bodega hacen diariamente la vendimia desde las 5 h. hasta las 13 h. a pesar de la bajada de temperatura, Carles Ortiz, afirma que «quizás, a partir de ahora, seguimos haciendo este horario cada año». «Los vendimiadores están encantados y a nosotros nos va de fábula», añade. No es la primera vez que la bodega avanza el horario de esta manera. «El 2011 fue la constatación del cambio climático. Encontramos una situación de sequía similar e hicimos por primera vez este horario de madrugada, desde entonces que no lo habíamos vuelto a aplicar», explica Ortiz.

La sequía está afectando en las viñas de manera evidente. El viticultor de la bodega Giol Porrera, Jonàs Macip, explica que «venimos de dos años muy secos y el Priorat es una zona muy irregular en este sentido. Cada trozo tiene sus pequeñas balsas, la mayoría de las cuales se encuentran secas». «Desde el verano pasado, la situación da mucha pena, hay gente que dice que el clima es cíclico, pero está siendo muy duro», recalca Macip.