Infraestructuras
Reclaman rebajar el cauce del barranco de la Galera para atenuar los daños que los aguaceros causan en Masdenverge
El Ayuntamiento valora en un millón de euros los destrozos en caminos y pasos por la barrancada del día 3
El Ayuntamiento de Masdenverge (Montsià) y los vecinos afectados del municipio reclaman que se rebaje el cauce del barranco de la Galera para atenuar los daños que provocan los aguaceros. La extraordinaria barrancada que castigó el pequeño municipio hace dos semanas ha dejado destrozos por valor de un millón de euros en la red de caminos, según los cálculos del consistorio, que pedirá la declaración de zona catastrófica. Más allá de los daños, han constatado que la fuerza del agua acarreó ingentes cantidades de gravas y sedimentos elevando considerablemente el nivel del cauce. El alcalde, René Gonel, ha pedido por escrito a la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) que rebaje el barranco para evitar un nuevo episodio, pero el ente no lo ve claro.
Justo cuando se cumplen casi 23 años de una barrancada que borró literalmente el puente que cruza el barranco de la Galera y dejó serios desperfectos en caminos, viviendas y fincas particulares los vecinos de Masdenverge han comprobado que estos episodios, entonces considerados extraordinarios, se suceden cada vez más a menudo. Pasó también, con menor intensidad, en 2018, en 2021 con el Gloria y, ahora, se ha vuelto a repetir.
Para muchos afectados, el desbordamiento del barranco de la Galera de hace dos semanas llegó a tener consecuencias más destructivas que el de hace más de dos décadas. Muchos caminos y pasos de barranco han desaparecido, el agua rompió muros y penetró en jardines, huertos y viviendas. El espacio natural de la Foia ha resultado arrasado por el paso violento del agua y el barranco estuvo a un metro escaso de saltar por encima del reconstruido puente de la carretera T-350. Algunos vecinos quedaron incomunicados y aislados durante uno o dos días.
El gobierno municipal, como otros municipios vecinos afectados de la zona, ya ha anunciado que solicitará la declaración de zona afectada por emergencia al gobierno español. Mientras tanto, máquinas y camiones -con el apoyo económico de la Diputació de Tarragona- trabajan desde hace días para intentar restablecer, principalmente, los caminos y pasos de barranco que permiten acceder a explotaciones agrícolas, granjas y viviendas.
Sin embargo, la temida recurrencia de nuevas barrancadas en un contexto de agravamiento de los efectos del cambio climático genera temor ante la posibilidad de otro nuevo episodio inminente. Con poco menos de 15 kilómetros cuadrados de superficie, el barranco de la Galera cruza de sur a norte su término municipal. «La particularidad que tenemos es que nos baja agua del barranco del Solsó y del de la Galera: se juntan los dos en nuestro término y todo se multiplica», señala el alcalde.
«Volverá a pasar»
El problema añadido, según observación Gonel, es que esta nueva barrancada, más allá de hacer de arrastrar restos vegetales y basura, ha transformado la estructura del cauce y, a partir de la acumulación de gravas y sedimentos arrastrados, lo ha hecho subir notablemente. En algunos puntos, de hecho, ya se encuentra al mismo nivel que los pasos de barrancos habilitados. Hay que arreglar el barranco porque si nos gastamos dinero con caminos, volverá una barrancada y pasará lo mismo. ¿Cómo? Hundiéndolo más, sacando vegetación intensiva y permitir que, cuándo baje, tenga un paso por allí», ha apuntado.
La petición ya ha sido traslada por escrito a la ACA y está prevista una reunión los próximos días para abordar la cuestión. El gobierno municipal plantea que sea alguna de las dos plantas de extracción de áridos del pueblo, situadas justo al lado del barranco, que se encargaran de retirar estos materiales y comercializarlos con los permisos correspondientes.
El organismo de la Generalitat anunció poco después del episodio de hace dos semanas la inversión de 120.000 euros acciones de limpieza de restos vegetales y redistribución de gravas dentro del cauce desde barrancos del Montsià, entre los cuales el de la Galera. En el caso del tramo de Masdenverge, está previsto suavizar los depósitos que se han consolidado con el crecimiento de vegetación encima.
Las dudas de la ACA
Pero la ACA no acaba de ver claro reajar el cauce, un proyecto que «habría que analizar en profundidad si es viable», dado que «podría afectar a la dinámica del barranco, provocar afectaciones a terceros y suponer una afectación ambiental». Fuentes del ente han indicado a ACN que los ayuntamientos se pueden acoger a las ayudas previstas para actuaciones estructurales de protección y defensa ante avenidas, siempre y cuando dispongan previamente de un proyecto redactado. Recuerdan, además, que la extracción de áridos, «excepto en casos muy concretos», se desaconseja porque podría afectar fincas confrontantes y alteraría la dinámica fluvial. Añaden que se trata de un procedimiento complejo que en última instancia tiene que resolver la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) como administración competente.
El alcaldesinsiste en que limitarse a redistribuir las gravas a los laterales del cauce no será «lo bastante efectiva para el agua que bajará». «Nuestra apuesta es hundir más el barranco tres o cuatro metros para que absorba más cantidad de agua y no haga tantos destrozos como ahora. El barranco cada vez se hace más ancho y menos hondo», replica Gonel, que teme que nuevos episodios lleven el agua al interior del núcleo urbano.
No es ninguna situación en absoluto desconocida por vecinos y administraciones el hecho de que una parte del pueblo se encuentre en plena zona inundable por el paso del barranco de la Galera. El 23 octubre del año 2000, la crecida del barranco, además de reventar el puente, inundó el interior de granjas, casas y también de equipamientos municipales, incluida la escuela de primaria del pueblo. Su traslado a una ubicación más segura, como reclama la misma Generalitat, sigue pendiente de concretarse desde entonces. Prácticamente nadie tiene ganas de hablar de retroceder o expropiar.
«Estamos desamparados», dicen los vecinos
Jesús Farnós todavía recuerda también aquel episodio. No es la primera vez, como pasó este 3 de septiembre pasado, que él y su familia se han tenido que marchar corriendo ante el repentino incremento del nivel del barranco. El agua les ha destrozado puertas, vallas, muebles y equipamientos de la casa que ahora ya tiene a escasos metros del cauce. Como vecino afectado, secunda la demanda del alcalde de rebajar el barranco.
«Vemos que cada vez va subiendo, trae muchos sedimentos y muchas gravas. Hace años que se va haciendo más ancho, dimos por perdidos 25 o 30 metros de terreno porque cuando baja coge lo que quiere», ha apuntado. Calcula que en pocas décadas ha perdido la mitad de la profundidad. «Eso, sumado a actuaciones de hace tiempo modificando los pasos del barranco, por donde pasaba antes el agua, rebota hacia aquí. Tengo la finca aquí porque la he heredado y haremos las limpiezas que hagan falta. Pero nos encontramos desamparados», concluye. Y, a pesar de todo, asume que el problema es de muy difícil solución en el actual contexto de cambio climático acelerado. «Aunque lo reparen, seguro que tendré problemas en poco tiempo, seguramente los próximos años», cierra.