La CHE finaliza la toma de muestras por conocer como ha afectado a la sequía en el tramo bajo del Ebro

La Universidad de Lleida ha acabado la recogida de muestras por hacer un estudio limnológico de los efectos de la sequía y la gestión que se ha hecho del agua en el tramo final del río Ebro. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha encargado el estudio con un contrato menor de 18.145 euros de presupuesto. El plazo acaba en diciembre. Los investigadores han recogido muestras en cuatro masas de agua y masas de transición. Se han hecho cuatro muestreos, uno cada mes, aproximadamente. Les muestras se han cogido en tres puntos diferentes de los siete puentes del río en las Terres de l'Ebre. Con los datos se analizarán en el laboratorio y se quiere extraer una metodología para mejorar el seguimiento de las condiciones ambientales del río cuando hay sequía.

Cuando el pasado mes de mayo se declaró la situación excepcional por sequía extraordinaria en la subcuenca del Ebro del Baix Ebre, la CHE apostó por «aumentar la vigilancia ambiental del tramo final del río». El estudio se ha iniciado con una campaña «fuerte» de muestreo «intensivo» para valorar «qué ha pasado» con las condiciones ambientales del río con la sequía y la gestión del agua que se ha hecho en el tramo final del Ebro.

Durante cuatro meses se han recogido una veintena de muestras. El proyecto preveía uno más si la excepcionalidad continuaba más allá de final de año, pero todo indica que la situación mejorará en las próximas semanas y no habrá que llevarlo a cabo. Les muestras se han cogido en tres puntos de set de los puentes sobre el río Ebro, los de Riba-roja d'Ebre, Ascó, Móra d'Ebre, Benifallet, el puente encarnado de Tortosa, Amposta y Lo Pasador de Deltebre y Sant Jaume d'Enveja.

De las muestras se analizarán parámetros como la temperatura, el oxígeno disuelto, la conductividad eléctrica, el pH, la turbiedad, la alcalinidad y otros indicadores – amoníaco, amonio, nitritos, nitratos, nitrogeno, fosfatos, fósforo-, y la materia orgánica, el fitoplancton eucariota y las cianobacterias. De forma provisional, técnico de Planificación de la CHE y responsable del estudio, Sergio Zurdo, apunta que se han detectado situaciones como el incremento de la temperatura del agua de los embalses.

Con un mejor conocimiento del impacto de la sequía, se podrán incorporar técnicas para mejorar la gestión de futuros episodios de escassedat. «Nos interesa saber qué ha pasado en esta y las diferentes variables», ha apuntado a Zurdo. «Nos tenemos que avanzar en la planificación para escenarios futuros», ha añadido.

La información se completará con los datos que ya recoge la red de puestos de control automático de la CHE, que son el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), el Sistema de Calidad de Aguas (SAICA), y los puestos de control del estado de las masas de agua.