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La PDE sobre la prueba de Mequinenza: «La desesperación es que no podemos tardar diez años a hacer alguna cosa con cara y ojos»

La entidad reclama «prácticas efectivas» en la CHE para mover sedimentos a corto plazo y recrimina el silencio del Govern

Joan Antoni Panisello, Susanna Abella y Matilde Font, de la PDE.

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La Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) ha insistido que, más allá «de anuncios grandilocuentes», la prueba piloto de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en Mequinenza no tendrá ningún efecto en el tramo final del Ebro y ni para que los sedimentos lleguen al Delta. La PDE celebra que se solucione «una reivindicación legítima del pueblo de Mequinenza» y que de la operación se extraigan nuevos datos y mediciones, pero denuncian «la nula intención de la CHE» de hacer prácticas efectivas a corto plazo. «La desesperación es que podemos tardar diez años que hagan alguna cosa con cara y ojos, y en el Delta no le sobra este tiempo», ha dicho Susanna Abeja, portavoz. También recriminan el silencio del Govern al anuncio. «Nos sentimos muy solos», ha lamentado.

Después de analizar el proyecto que ejecuta la CHE en Mequinenza, la PDE no es optimista, a pesar de un primer momento en que celebraron que la Confederación hiciera una actuación con sedimentos. Creen que la prueba piloto que han anunciado es «una maniobra de distracción» para dilatar el proyecto en el tiempo, un tiempo que el Delta del Ebro no tiene y los desespera.

«No servirá para lo que necesitamos aquí bajo y a la Confederación lo ha vendido en el Plande Cuenca como un gran proyecto para resolver el problema», ha recordado la portavoz de la Plataforma en Defensa del Ebro. De hecho, Abella señala que la CHE destinará a la gestión de sedimentos un 0,5% de todo el presupuesto del planhidrológico del Ebro hasta el 2027, y de este, sólo 4 MEUR se destinarán a las pruebas que han empezado en Mequinenza. La CHE también prevé al Matarraña o al azud de Xerta.

Por otra parte, temen que la Confederación del Ebro utilice los datos para tomar futuras decisiones en contra de seguir ejecutando la movilización de sedimentos río abajo. «No serán representativas porque los sedimentos no llegarán al pie de la presa y no servirán para futuras actuaciones efectivas», ha advertido.

La PDE también lamenta «la pasividad y el silencio» del Govern desde el anuncio después de que este verano, en una reunión con la conselleria, se comprometieran a tener una «actitud activa» para promover la movilización de sedimentos. También se han quejado de tener que tomar el papel de los técnicos y expertos y encargarse de señalar las carencias de la actuación de la CHE. «Nos sentimos abandonados», ha dicho Abella.

Avenidas para mover barros, riadas para mover arenas

Como ha detallado el geólogo Álvaro Arasa, los sedimentos de delante de el pueblo de Mequinenza que se moverán, sea con camiones o con dragas, sólo llegarán a la confluencia, en la desembocadura del río Segre y la salida de aguas del pantano de Mequinenza, donde ya hay 14 metros de sedimentos acumulados.

Sobre los sedimentos que se moverán con la prueba de la CHE, Arasa no cree que alcancen un volumen de más de medio metro y será, para la CHE, «un pequeño laboratorio» para valorar los movimientos que provocan los caudalesactuales del Segre en los materiales hasta, los barros (30-50 micras de diámetro) que se tendrían que utilizar para paliar los problemas de subsidencia del Delta, así como los materiales más rudos, las arenas (de 70 micras a 2 milímetros).

Según Arasa, los datos de comportamiento de los sedimentos que se pueden extraer de la actuación, la CHE ya las tiene, con concreción de curvas de velocidad de caudal y de caudal transportado. Cómo ha detallado al geólogo, se sabe que los barros bajan cuando el río tiene un caudal por encima de los 100 metros cúbicos por segundo(m3/s), mientras que las arenas con diámetros entre 25 y 30 micras necesitan caudales superiores a los 400 m3/s que hace que la carga de fondo se empiece a mover. Sólo con caudales superiores a los 800 m3/s, «una semi riada», los sedimentos corren río abajo. Arasa ha señalado que no sería suficiente con una riada.

«Los estudios que harán ahora, seguramente, aportarán y mejorarán el conocimiento de la capacidad de transporte del río, pero buscamos una alternativa clara y una experiencia contundente como es un sistema de dragado con cañerías flotantes por encima de los embalses para hacer llegar sedimentos en Riba-roja y Flix», ha apuntado al geólogo. Este dragado, si se carga por los dos canales de riego durante la campaña del arroz, tendría el efecto de la técnica del colmateig contra la subsidencia.

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