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Medio Natural

Reabren seis senderos con acceso restringido por la águila perdicera en las Terres de l'Ebre

Durante medio año, se han interpuesto ocho denuncias a senderistas y una decena a escaladores que han hecho caso omiso de las restricciones

Quatre agents rurals recorren una pista que dona accés a la Picosa, a Móra d'Ebre.

Cuatro agentes rurales recorren una pista que da acceso a la Picosa, en Móra d'Ebre.ACN

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Los Agents Rurals han reabierto los seis senderos con acceso restringido a las Terres de l'Ebre después de la época de reproducción del águila perdicera. Son caminos ubicados en los términos municipales de Móra d'Ebre, Benifallet, Benissanet, Miravet y el Perelló, donde el cuerpo de intervención tiene constancia que cría esta ave en peligro de extinción.

Durante medio año, entre el 15 de enero y el 15 de junio, se han interpuesto ocho denuncias a senderistas que han hecho caso omiso de las restricciones. Con respecto a la cría, la pareja de aves de rapiña más productiva es la instalada en la cima de la Picossa, en Móra d'Ebre, que ha engendrado dos polluelos. En las Terres de l'Ebre hay 26 parejas de águilas perdiceras, la mitad de las cuales no son capaces de engendrar crías con éxito.

En el conjunto de las comarcas ebrenses, en 2023 sólo se contabilizaron diecisiete parejas de águilas perdiceras que consiguieron sacar adelante polluelos, con una media de un pájaro por cada nido. Las otras diez, a pesar de intentarlo, no tuvieron éxito. La especie ha ido manteniendo el número de parejas en los últimos años, aunque la productividad reproductiva sigue siendo menor a un pollurlo por cada pareja. Se trata de una situación que se suma al resto de complicaciones a las que tiene que hacer frente la especie, como son los accidentes con aerogeneradores o la caza furtiva. Por todo ello, desde el cuerpo de Agents Rurals hace años que llevan a cabo dispositivos específicos para garantizar el futuro de esta ave de rapiña, especialmente sensible a la presencia humana.

La época de reproducción de estos animales coincide en los meses más fríos del año, con unas condiciones meteorológicas que dificultan el éxito de la descendencia. La reproducción, puesta y nacimiento de los animales tiene lugar entre el invierno y el inicio de primavera, una época en que las temperaturas son más bajas. «Entre quince y veinte minutos -en los que los adultos dejen de estar en el nido- son suficientes para que la cría fracase», ha sentenciado Miquel Àngel Garcia, jefe del área regional de los Agents Rurals en las Terres de l'Ebre.

Precisamente para evitar este escenario y propiciar un entorno seguro para la supervivencia de este tipo de águila, este año se han vuelto a cerrar seis caminos en el conjunto de las Terres de l'Ebre, donde se ha prohibido el paso de senderistas para garantizar la tranquilidad de las parejas que han intentado engendrar crías. Garcia hace un balance positivo de la campaña de prevención, si bien durante seis meses se han interpuesto ocho denuncias a senderistas y una decena más a escaladores y otros individuos que no han respetado la señalización y han accedido a los espacios restringidos. En general, las infracciones pueden comportar multas económicas y en algunos casos más graves, en los que se puede demostrar la muerte de los polluelos, incluso puede comportar un delito penal, ya que se trata de una especie en peligro de extinción.

Dos crías de águila perdicera en la Picossa

Uno de los primeros caminos que se decidió cerrar el acceso fue el que se encuentra en la Picossa, en Móra d'Ebre, donde hay un entorno con precipicions, un espacio idóneo para la nidificación de la especie. La medida se implementó ahora hace seis años y hace tres que la pareja instaurada en la zona ha sido capaz de criar un polluelo por temporada; excepcionalmente, este año ha engendrado dos. Con respecto al resto de parejas de águilas perdiceras instaladas en las comarcas ebrenses, todavía se desconoce cuántas han podido sacar adelante sus polluelos este año, si bien los datos no varían en exceso de una campaña a otra.

De igual forma que en el resto de senderos ebrenses que se han cerrado durante seis meses, en la Picossa se ha señalizado con cartelería y cintas la prohibición de paso al inicio del camino. También se encuentran carteles informativos en la ermita de santo Jeroni, próxima a la zona, donde se indica la presencia de este animal protegido y las restricciones que eso implica. Por otra parte, se propondrá a la Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña (FEEC) la eliminación de este lugar del listado de 100 cimas catalanas, con el objetivo de reducir la afluencia de visitantes durante la época de reproducción del águila.

Nueva campaña dedicada al aguilucho cenizo

Después de valorar positivamente la campaña de prevención y vigilancia en los seis senderos de acceso restringido, desde el cuerpo de seguridad no cierran la puerta a aplicar esta medida para proteger el aguilucho cenizo, una rapaz que hace nidos en el suelo. Este rasgo los hace más sensibles al paso de senderistas o ciclistas, motivo por el cual se está estudiando la posibilidad de aplicar esta restricción a una zona concreta de Godall (Montsià) a partir de la próxima temporada de cría.

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