Sequía
El Priorat y la Terra Alta, las comarcas donde la vendimia se ha visto más perjudicada por la sequía
Aunque una primavera generosa en lluvias ha ayudado a mantener vivos estos cultivos, las precipitaciones no han sido suficientes para garantizar una vendimia satisfactoria
La persistente sequía disminuirá por segundo año consecutivo la campaña de la vendimia en Cataluña, en la que se espera recoger este 2024 entre 4.000 y 5.000 kilos de uva por término medio por hectárea, la mitad de lo que se consideraba fino ahora una temporada normal.
Aunque una primavera generosa en lluvias ha ayudado a mantener vivos estos cultivos, entre otros, a las precipitaciones no han sido suficientes para garantizar una vendimia satisfactoria, según ha explicado a EFE el responsable de viña y vinos de Unió de Pagesos, Josep Marrugat.
Les previsiones que estudia este sindicato para la campaña, que ya ha arrancado en algunos puntos y todavía su fase más intensa estas dos próximas semanas, son igualar con pocas diferencias las producciones del 2023, que fueron por término medio de entre 4.000 y 5.000 kilos por hectárea.
El Priorat y la Terra Alta se llevan la peor parte
Por demarcaciones, la vendimia estará en línea con la del año pasado en el Penedès y en el Camp de Tarragona mientras que en el sur de Cataluña, en comarcas como el Priorat y la Terra Alta, «la situación todavía es peor», ha advertido Marrugat, por la escasez hídrica «ya que todavía ha llovido menos».
Les viñas que se encuentran bajo la influencia del pantano de Guiamets, Margalef y Riudecanyes no se han podido regar tampoco este año. Y en la Terra Alta, «que dispone de riego, ha tenido que consumir bastante agua», cosa que dispara la factura. Además, algunas zonas han sufrido también heladas y granizo, que han dañado cerca de 2.000 hectáreas.
La cabeza sectorial de la viña y el vino de la JARC (Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña), Jaume Domènech, ha apuntado también, en declaraciones en EFE, que en el mejor de los casos, la producción de la temporada de vendimia será «un poco mejor» en la del año pasado, aunque cree que el incremento «no será significativo».
Domènech ha destacado que el granizo caído al final de la primavera dañó entre 12 y 14 millones de uva en la zona del Penedès, una zona de primer nivel de producción, mientras que la sequía está pasando factura en todas las viñas de Vilafranca en Tarragona.
Les lluvias de primavera dejaron en esta zona unos 300 litros por m2, una cantidad que ayudó porque veníamos de una sequía muy grave, pero que ve insuficiente para poder recuperar las producciones de uva. «Necesitamos pluviometrías de 500 litros por m2, que no se producen desde el 2020, y además tendría que llover en invierno», ha dicho.
La DON Ampurdán calcula entre un 15 y un 20% menos
Las bodegas de la DON Ampurdán, que han iniciado estos días la vendimia, calculan que la producción en esta zona podría ser entre un 15% y un 20% inferior a la media de la denominación, que es de unos 60.000 hectolitros, aunque dependerá de cómo evolucione el clima las próximas semanas.
La campaña en esta zona se ha iniciado en las fechas tradicionales, entorno de mediados del mes de agosto, empezando a recoger las variedades más tempranas, como el moscatel de grano pequeño y alguna variedad blanca y tinta, mientras que el grueso de la producción -garnachas y cariñenas- se vendimiará en septiembre.
Un escenario de futuro incierto para los productores
Marrugat asegura además que los productores del sector harán frente a una situación «difícil» porque tendrán que recurrir a las pólizas de seguros firmados y los siniestros por sequía tienen precios estipulados que no contemplan la subida registrada.
«Se acumulan siniestros y se pierden bonificaciones y capital asegurable», ha dicho, a la vez que advierte que los costes de personal, del gasóleo y la maquinaria y los fertilizantes no han parado de subir.
El representante de Unió de Pagesos reclama que se habilite una línea de ayuda para los viticultores que hayan producido menos de 8.000 kilos/hectárea, igual que se hizo el año pasado, para ayudarlos a hacer frente a la situación. «Les viñas están exhaustas, con muchas cepas muertas y otros dañados y habrá que renovarlos para «evitar que los vitucultores se acaben por marchar».
Unió de Pagesos ha pedido al Govern que flexibilice las medidas sectoriales vitivinícolas que permitan a los productores reestructurar viñas y aumentar el número de hectáreas anuales que se puedan acoger a la renovación.
Al mismo tiempo, reclama la puesta en marcha a medio plazo de medidas para luchar contra el cambio climático como obtener riego de apoyo a viña con agua regenerada para las máximas hectáreas posibles.