Economía
CCOO compensa el CO2 generado en sus congresos ayudando a reducir emisiones de los arrozales del delta del Ebro
Un proyecto del Eurecat desarrolla métodos de gestión que permitiría las empresas retribuir directamente los campesinos
Un proyecto coordinado por Eurecat ha permitido CCOO «compensar» el CO2 que ha generado su actividad anual de congresos reduciendo las emisiones del cultivo del arroz al delta del Ebro. Se trata de un sistema de créditos voluntarios que, en el futuro, podría permitir las empresas compensar las emisiones retribuyendo directamente a los productores de arroz que reduzcan el metano que sale de los campos durante el cultivo a partir de prácticas agronómicas y de gestión del agua.
El sindicato ha pagado 35 euros por cada una de las 30 toneladas emitidas en un año, principalmente por desplazamientos de vehículos privados en los congresos. Eso ha ayudado a evitar la liberación de una cantidad equivalente de metano de 3,76 hectáreas de arrozales de la finca de Riet Vell.
Integrada dentro del proyecto Bioresilmed para promover la bioeconomía circular y la resiliencia climática con fondo Next Generation, la iniciativa se aplica experimentalmente desde la campaña 2023-2024. Los investigadores del Eurecat, en este sentido, dejaron de cultivar durante un año una parte de los arrozales elegidos aplicando un barbecho seco, mientras que en otras parcelas se inundó y también se aplicó una falsa siembra antes de secar.
El análisis de los resultados de las parcelas adyacentes que se cultivaban con normalidad y el histórico de cosechas anteriores ha permitido determinar la compensación de CO2. «Hemos visto que el barbecho seco ha aportado mucho menos metano a la atmósfera que el cultivo que se viene haciendo en la finca», ha certificado el investigador responsable del proyecto, Nil Álvarez.
La técnica, además, persigue también reducir el banco de entonces que queda de forma permanente a los arrozales y acondiciona las producciones, ayudando a hacer más viables las campañas futuras. También aspectos como la gestión de la materia orgánica -la paja de los arrozales- pueden resultar efectivos. Todo, también, también efectos positivos sobre los hábitats de la fauna y ayudaría a promover el turismo sostenible.
Según la secretaria general de CCOO en Tarragona, Mercè Puig, son la primera organización sindical de Cataluña y el estado español que se adhiere a una iniciativa similar, más allá de las empresas privadas. La participación de la entidad arranca a raíz del compromiso del último congreso de hacer una apuesta para «combatir la emergencia climática» al mismo tiempo que una apuesta por el reequilibrio económico de Cataluña delante de los malos indicadores, en materia de paro y de desarrollo, que siguen presentando las Tierras del Ebro.
Interés empresarial
La propuesta de Eurecat, sin embargo, ha captado también la atención del mundo empresarial, que ve como la adquisición de estos créditos voluntarios, todavía pendiente de una próxima regulación, podría ayudar en las emisoras de gases de efecto invernadero a compensar a un precio bastante más competitivo que los actuales créditos regulados -que se ha llegado a pagar hasta 100 euros la tonelada de CO2.
Según Elvira Carles, la directora de la Fundación Emprendida & Clima, entidad que reúne a 140 corporaciones y multinacionales con el objetivo declarado de adaptar la actividad industrial actual al cambio climático, más de una docena de empresas del entorno fueron invitadas a seguir el proyecto, una cifra que ha crecido hasta la sesentena.
La responsable de la Fundación, que también se ha encargado de certificar los cálculos del proyecto de Riet Vell, ha subrayado que los campesinos podrían llegar a percibir directamente unos ingresos por aplicar buenas prácticas de corneu para ayudar a reducir las 150.000 toneladas de CO2 que anualmente se emiten desde el Delta con la producción de arroz. «Si podemos evitar la mitad y las empresas compran las emisiones, eso va al campesino, y la satisfacción es doble», ha asegurado.
«De la misma manera que CCOO, los empresarios pagan al campesino. Si cambian la forma de regar, puntualmente, cuando les dicen los científicos para ahorrar toneladas, los empresarios están dispuestos a pagar al campesino el precio de la tonelada evitada, unos 35 euros, que no es nada despreciable porque pasado al hectáreas se multiplica por tres o por cuatro», ha subrayado. Así, por ejemplo, evitar inundar después de la siega con las elevadas temperaturas y hacerlo más tarde en invierno ralentiza la liberación de metano.
Llama a los campesinos para que participen
En una visita a la sede del Eurecat y la fina de Riet Vell, el secretario general de CCOO en Cataluña, Javier Pacheco, ha hecho suyo estos planteamientos y ha animado a los campesinos del delta del Ebro a incorporarse al proyecto. «Este tipo de proyecto que vincula la investigación, el desarrollo, la concienciación contra el cambio climático, la protección del Delta y el desarrollo de la agricultura del territorio respetando la biodiversidad tiene que tener equilibrio de compensación entre la compensación y la sostenibilidad. Y este proyecto lo tiene», ha defendido.