Provocan una crecida controlada en la Ribera d'Ebre de 1.400 m³/segundo para llevar sedimentos al Delta

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), en una acción conjunta con Endesa, ha llevado a cabo el desembalse de otoño de los pantanos de Mequinensa, Riba-roja y Flix por este miércoles y jueves. Consiste en abrir compuertas y turbinar agua, para renovar la del meandro, soltar sedimentos hasta el Delta del Ebro y «preservar el ecosistema que de manera natural hay en el río».

El primer desembalse coordinado ha empezado este miércoles en la central de Flix. Este laminado supondrá un incremento significativo del caudal del río Ebro, logrando un máximo de 580 metros cúbicos por segundo en la zona entre las 10.00 horas y las seis de la tarde.

Según las previsiones, hoy se producirá la confluencia de las dos crecidas originadas ayer en Camarasa y Grau en el embalse de Riba-roja, logrando un caudal conjunto de 550 m³ por segundo.

El jueves el desembalse se hará en las presas de Mequinensa y Riba-roja, también de ocho de la mañana a seis de la tarde. La salida de agua de las centrales hidroeléctricas irá de un caudal de 1.230 metros cúbicos por segundo desde la presa de Riba-roja hasta el máximo 1.400 que se abocará al río Ebro.

Según Rogelio Galván, técnico de planificación de CHE, esta operación tiene múltiples finalidades. Por un lado, se busca movilizar los sedimentos acumulados en los embalses y transportarlos hasta el Delta del Ebro, contribuyendo así a su conservación y crecimiento. Por otro lado, el desembalse permite aumentar la capacidad de almacenamiento de los pantanos al eliminar parte de los sedimentos depositados a su fondo.

Además, estas avenidas controladas tienen un efecto de renaturalización sobre los cursos fluviales, puesto que ayudan a eliminar macrofitos y plantas acuáticas que pueden obstaculizar el flujo natural del agua y alterar los ecosistemas ribereños.