Diari Més

Gastronomía

La feria de la miel y el aceite del Perelló se reinventa para potenciar la proximidad y calidad

Una docena de expositores locales muestran sus productos y nuevas líneas de negocio en la 144.ª edición de Firabril

En la 144.ª edición de Firabril se han concentrado una docena de empresas locales en el pabellón centralCedida

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La feria de la miel y el aceite del Perelló encara la 144.ª edición poniendo en el centro la proximidad y la calidad de sus productos. Así, se han reorganizado espacios y potenciado la docena de productores presentes en la Firabril, en más de programar actividades centradas en la gastronomía de la zona. Unos cambios que, según el alcalde Samuel Ferré, se han hecho en un momento en que el público ha adoptado nuevos patrones de consumo y valora más las experiencias, como catas o demostraciones de cocina. A pesar de coincidir con la época de más trabajo para los productores, las empresas locales cierran filas para mostrar los productos y las nuevas líneas de negocio con que se han reinventado. La feria, que se alargará hasta el domingo, prevé crecer hasta los 15.000 asistentes.

El Perelló se ha reivindicado un año más como la capital de la miel, coincidiendo con la 144.ª edición de la Firabril. En esta ocasión, la feria se ha reinventado con el objetivo de potenciar el atractivo de las empresas locales que se dedican tanto a la producción de la miel como el aceite, dos de los productos emblemas de esta localidad ebrense.

De esta manera, se ha optado por concentrar a la docena de productores locales en el pabellón principal, donde también se han ubicado las actividades centradas en la gastronomía de la zona. A lo largo de todo el fin de semana, en este espacio se hacen demostraciones de cocina local, además de catas para los asistentes. «Los patrones de consumo de la gente cambian, la manera de ver las cosas es diferente, cada vez se buscan más experiencias y exclusividad en los productos y hemos decidido hacer una mirada hacia adelante y avanzarnos a lo que tienen que ser las ferias», ha declarado a la ACN el alcalde del municipio, Samuel Ferré.

No ha sido el único cambio con respecto a la ubicación de los estands que se ha registrado este año; la organización también ha separado los puestos de artesanía en un espacio exclusivo, así como una zona dedicada a la degustación de cervezas artesanas, quesos u olivas, para facilitar la circulación e interacción de los asistentes. Al programa, que se alargará durante todo el fin de semana, no falta uno de los actos más tradicionales, como es el sorteo que se hace este domingo donde los participantes pueden ganar su peso en miel y aceite.

El alto volumen de trabajo en las colmenas no frena a los productores

Todo, con la voluntad de propiciar que las empresas locales cierren filas y «hagan pueblo» a la hora de mostrarse al público. Según Ferré, se trata de una circunstancia que queda patente en la Firabril, en que coincide en una época en que los apicultores tienen un volumen de trabajo muy elevado, ya que es el momento de castrar y empezar a sacar la miel de las polillas.

Con respecto al perfil de empresas que toman parte en esta edición, la mayoría provienen de negocios familiares que en los últimos años han apostado para ofrecer nuevas propuestas para «no estancarse». «Es cuestión de actualizarse, porque si te quedas sólo con la miel, la gente lo tiene muy visto. Innovar está muy bien para que se puedan probar cosas nuevas, ha destacado a Andrea Martí, hija de los propietarios de Mel Llaó. En su caso, han optado para dar a conocer su miel acompañada por buñuelos hechos en casa, pero también requesón de un rebaño de cabras propio. Otras empresas han optado por vincular su producción a otros ámbitos, como pueden ser la cosmética o la higiene personal a través de cremas o jabones.

La organización prevé incrementar el número de asistentes

La reconversión del sector apicultor se ha constatado en esta 144.ª Firabril, una de las ferias más antiguas del país dedicadas a la miel. Así, los panales y los productos derivados de este elemento han tenido un protagonismo especial en esta edición, que busca reforzar su presencia entre el público de proximidad, pero también el nacional.

El año pasado, unas 10.000 personas asistieron a la feria, que prevé incrementar esta cifra en 5.000 asistentes más. Entre los retos de futuro, la organización espera que los cambios introducidos este año tengan una continuidad en próximas ediciones para convertirse no sólo en uno en lo referente a las Terres de l'Ebre, sino al conjunto del país.

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