Municipal
La aparición de una grieta acelera el derribo de las últimas casas de la plaza del Absis de Tortosa
El alcalde destaca «la espectacular» silueta urbana y el patrimonio histórico que permite contemplar la deconstrucción
Les tres últimas casas desocupadas de la plaza del Absis de Tortosa también se han empezado a derribar este martes. Desde hace unas semanas se habían tumbado las primeras cuatro casas, todas de propiedad municipal, de la calle Costa de Capellans, que se habían declarado en estado de ruina inminente después de un incendio en enero.
La semana pasada, el Ayuntamiento inició el trámite ordinario para tirar al suelo las tres, pero los técnicos alertaron de la aparición de una grieta en el inmueble del número 21 y se ha firmado otro decreto de emergencia. El alcalde Jordi Jordan ha destacado la nueva y «espectacular» silueta urbana que ha dejado al descubierto el derribo, una inédita perspectiva del patrimonio histórico de la ciudad.
Los operarios ya han empezado a derribar las tres casas desocupadas que se tenían que asolar al acabar el derribo de las cuatro primeras. El trámite ordinario estaba en marcha desde la semana pasada, pero los trabajos en el número 19 de la calle Costa dels Capellans hizo aparecer una grieta en la casa contigua, el edificio número 21. Este lunes, el alcalde Jordan ha firmado otro decreto de ruina inminente.
Esta segunda fase de la obra se ha adjudicado a la misma empresa que ejecuta el derribo, Regimovi, por un importe de 48.000 euros. Toda la deconstrucción habrá costado cerca de 250.000 euros.
El alcalde de Tortosa, Jordi Jordan, ha remarcado la nueva perspectiva que permite contemplar el espacio liberado del Castillo de la Suda desde la plaza del Absis y también la nueva visibilidad de la Catedral y el entorno que se podrá ver desde el paseo de Ronda, «un punto de vista inédito y sorprendente» de este espacio del núcleo histórico de la capital ebrense.
No hay ninguna decisión sobre cómo reconstruir el nuevo entorno. Jordan ha apuntado que de momento servirá para conectar los barrios Castell y Sant Jaume y dar continuidad al antiguo paseo de Ronda junto a la muralla, pero harán falta todavía estudios técnicos y patrimoniales para poder estudiar futuras propuestas a desarrollar en un «lugar tan simbólico» de la ciudad.