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Ence presenta la planta de biogás a los vecinos de Camarles que cuestionan la capacidad y los riesgos de la fábrica

La empresa madrileña explica que ultima la solicitud de autorización y el impacto ambiental

Carteles contra la posible implantación de una planta de biogás en el municipio de Camarles.ACN

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La empresa madrileña Ence, Energía y celulosa explicó el proyecto para hacer una planta de biogás y biofertilizantes en una asamblea ciudadana este miércoles en el casal de Camarles (Baix Ebre). Grupos vecinales de defensa ambiental y ecologistas expusieron sus recelos a los problemas de olores que puede generar la fábrica, así como dudas sobre la capacidad de producir combustible sólo con sansa de oliva de las explotaciones del entorno.

Ence explicó que, una vez pedido el informe de compatibilidad urbanística del Ayuntamiento de Camarles, el siguiente paso será solicitar la autorización y la evaluación de impacto ambiental integrada a la Generalitat. La inversión prevista será de más de 30 MEUR y la creación de unos quince puestos de trabajo directos.

El grupo vecinal que se opone a la planta de biogás que se proyecta en la zona del Pla del Bif de Camarles se ha constituido como asociación para la Defensa Ambiental de Camarles y los Lligallos. Junto con representantes del grupo ecologista GEPEC, la asociación ambientalista Amevesaba, el Grup Verd l'Omeda, Ecologistas de Cataluña y Ecologistas en Acción asistieron a la reunión convocada por Ence, promotora de la planta de biogás de Camarles.

De la reunión de este miércoles por la noche salieron con «cierto aire de victoria» porque los asistentes a la asamblea, cerca de 250 personas, «no salieron nada convencidos» con los argumentos que dio la compañía madrileña. Según han explicado los grupos ambientalistas, cuatro representantes de Ence dieron detalles del proyecto, una información «provechosa» según la portavoz de la agrupación vecinal, Caitlin Davenport.

«Pudimos demostrar que el pueblo de Camarles no dejará pasar - el proyecto - sin ningún tipo de lucha», ha contado. «Estamos preparados para defendernos y consideramos que esta planta no es nada compatible con nuestro pueblo», ha añadido.

Informe urbanístico

Hasta ahora, la información sobre la planta se limitaba a la memoria descriptiva que la empresa Ence entregó al Ayuntamiento para pedir el certificado de compatibilidad urbanística. Cuatro representantes de la promotora de la planta de biogás explicaron, en la asamblea de este miércoles, que con esta documentación solicitarán la autorización ambiental integrada. ACN no ha podido contactar con la corporación municipal ni con la empresa madrileña para concretar los plazos de los trámites.

Una planta sin residuos

Los responsables de Ence mostraron a los ciudadanos de Camarles imágenes simuladas de la futura planta de biogás, y remarcaron que tendrá «una tecnología pionera» para no generar residuos – «ni humos ni contaminantes líquidos» . La oposición vecinal recriminó la falta de estudios concretos que tengan en cuenta la topografía de la zona, el barranco, los vientos, y otros aspectos. El episodio de malos olores que se ha vivido en el entorno de la planta de biogás de la Galera (Montsià) sirvió de ejemplo sobre los recelos sobre «el impacto negativo» que puede tener el proyecto en el «paisaje, salud, bienestar y economía» de Camarles.

Dudas sobre la economía circular

Ence presentó la planta como «un proyecto ejemplar de economía circular» que generará biometano y biofertilizantes a partir de la sansa de la oliva. En la memoria descriptiva del proyecto, la empresa madrileña defiende que se valorizarán los residuos agrícolas con la fabricación del biogás y de 20.000 toneladas anuales de fertilizante orgánico «de producción local», hecho que «reducirá costes de producción y transporte» al sector.

Los representantes de la compañía explicaron a los vecinos de Camarles que trabajarán con 100.000 toneladas de sansa anuales, una cantidad que Ence asegura que puede disponer de las explotaciones del entorno, en un radio de unos treinta kilómetros, o del resto de Cataluña. Lo justificaron con datos del Ministerio de Agricultura.

En cambio, desde Defensa Ambiental de Camarles y los Lligallos alertan de que esta cantidad de sansa no se genera en Cataluña y en campañas como la de 2022, cuando apuntan que se produjeron 44.000 toneladas de sansa en el país, habría que llevar más de la mitad de la materia prima de fuera. La entidad preguntó si eso pasaría «en años de mala cosecha» y porque los datos de 2022 no estaban incluidos en las que mostraron a los representantes de Ence.

Según la agrupación ambiental, llevar miles de toneladas de sansa de fuera supondría un movimiento de cinco mil camiones durante la campaña de la oliva, una cuarentena de camiones diarios. «No nos cuadra y tenemos la sensación que nos están mintiendo y engañando y que llevarán alguna cosa más», ha criticado Davenport.

«Si están preparados a mentirnos sobre eso, el resto de afirmaciones que no pasaría nada con los olores o la contaminación, ya no nos las creemos», ha añadido. Las entidades ecologistas repartieron dosieres informativos donde se alerta de los «antecedentes de esta empresa en la ría de Pontevedra» y donde señalan las «sanciones y condenas por delitos ecológicos» que han recibido antiguos directivos de Ence.

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