Música
Dos décadas de conciertos en las Jornadas Musicales de la Ermita de la Piedad de Ulldecona
El festival celebra el vigésimo aniversario con nombres como Mambo Jambo, Frank Carducci, Newen Afrobeat y Capsula en el cartel
Les Jornadas Musicales de la Ermita de la Piedad (JMEP) de Ulldecona llegan este año a las dos décadas de existencia con once conciertos que llenarán nuevamente de música el entorno de los abrigos rupestres. Consolidadas como encuentro referente de ocio y cultural de los domingos de verano ebrenses, de comunión musical colectiva, el festival repesca este año algunos de los nombres que pasaron por anteriores ediciones antes de ganar un mayor reconocimiento, como los catalanes Mambo Jambo o Koko Jean & The Tonics.
Por el escenario de las vigésimas JMEP, que se alargarán del 2 de junio al 30 de agosto, pasarán también nombres internacionales reconocidos los chilenos Newen Afrobeat, los franceses Frank Carducci & The Fantastic Squad o los vasco-argentinos Capsula.
Superada la mayoría de edad en plena pandemia, las jornadas pueden contar ya los conciertos celebrados en la Ermita de la Piedad por centenares a lo largo de estas dos últimas décadas. Lejos de las cifras positivas que pueden reforzar los balances cuantitativos, la Asociación JMEP y el Ayuntamiento de Ulldecona quieren mirar hacia el futuro explotando la relación simbiótica entre la propuesta musical y un entorno singular, espacio místico y ritual a lo largo de miles de años, desde las poblaciones prehistóricas que dejaron las pinturas rupestres que todavía se pueden ver a sus abrigos.
Más allá de un preludio el domingo 2 de junio con protagonismo único de las actualmente omnipresentes bandas tributo -Clash City Rochers (The Clash) y Last Transmission (Joy Divison)- el rock'roll instrumental mezclado con rythm' blues de los barceloneses Mambo Jambo protagonizará la apertura efectiva de las jornadas el día 9.
El domingo 16 de junio, Mossén Barmit Morera i els Morts llevará su rock'roll victoriano en valenciano a la ermita, junto con el punk yeyé de los catalanes Les Rencards. Después de la pausa del fin de semana de San Juan, se retomará la programación con los colombianos Caribefunk y sus sonidos afrocaribeños.
Las JMEP vuelven este año a tender puentes de colaboración con el festival Eufònic y, fruto de esto, será el concierto del arte-punk hedonista de Los Yolos acompañados el ambiente flow con sonidos urbanos, trap y electrónica de los locales Ypungbnoy & Vierr.
Uno de los grandes nombres protagonistas del cartel de esta vigésima edición será también el de los franceses Frank Carducci & The Fantastic Squad, que llevarán a Ulldecona su circo del rock and roll con reminiscencias del glam de los años 60 y 70. Desde Chile, el 21 de julio, los chilenos Newen Afrobeat presentarán su nuevo disco con sonidos de afrobeat nigeriano mezclados con ritmos mapuches y latinos.
Cerrarán el mes de julio los barceloneses Koko Jean & the Tonics, con su rock and blues, rock and roll y soul. Ya en el mes de agosto, la banda local Culs Cults y el ska de Don Cosmic serán los protagonistas la décima edición del Reggae a la Ermita. Ya en la recta final, los basco-argentinos Capsula. Cerrará el ska/reggae/rocksteady de la banda Les Testarudes, formada por diez chicas.
Una selección ecléctica que quiere romper los moldes de categorizaciones estilísticas, según subraya el director del festival, Agustí Vericat. «Escuchamos muchísima música y visualizamos si aquello funcionará o no. Más allá del estilo. Nosotros no nos ceñimos a ningún estilo concreto. Huimos de que nos etiqueten. Somos un montón de cosas. Siempre buscaremos que la música esté en el momento adecuado, que sea fresca, auténtica, que diga cosas nuevas. Si hay grupos que repiten es que tienen cosas nuevas a decir», ha reflexionado.
Cerrarán las actuaciones de las bandas varios dj's no profesionales del territorio, pertenecientes a la misma comunidad que ha creado del festival y que repiten como público año tras año o, incluso, desde la misma primera edición.
La relación entre espacio, público y músicos
Vericat remarca que las JMEP han llegado a las dos décadas de vida rehuyendo las modas y las etiquetas. «Tenemos otros objetivos más allá de generar un producto y que todo esté valorado con indicadores. Está claro que cuentan. Pero aquí lo que lo concentra todo es la música, el espacio y la identidad que da a la gente que se siente identificada traspasando generaciones», profundiza. Un elemento, asegura, que ha permitido a muchos jóvenes formarse una idea de su identidad cultural y musical en el territorio.
Esta relación profunda con el público y el espacio se acaba estableciendo también con las mismas bandas que suben al escenario. Hasta el punto, relata el director del festival, que algunas, después de haber debutado siente unos auténticos desconocidos, han acabado volviendo después de haberse hecho un nombre rebajando sus pretensiones económicas para poder actuar a la Ermita de la Piedad.
«Al final hay tres cosas que explican el éxito de las jornadas. Primero, el impulso de gente comprometida no solo desde la administración local y territorial, sino sobre todo a nivel de organización de las propias jornadas. Sobre todo el compromiso y fidelidad del público. Y también porque el territorio no es el mismo que ahora: en aquel momento, cuando nacieron, recuerdo que era una propuesta que no sabíamos cómo la cogería la gente de los diferentes pueblos. Al final la insistencia y el trabajo de detrás acabó cuajando, con mucha fuerza y energía para continuar no se si 20, 25, 30 años más o los que hagan falta», ha resumido la alcaldesa de Ulldecona, Nuria Ventura.
Momento cultural «muy dulce» de las Terres de l'Ebre
El éxito de la propuesta, además, se tiene que inscribir también en el «momento muy dulce» que la actividad cultural, artística y creativa vive en las Terres de l'Ebre, según ha razonado la directora territorial del Departament de Cultura, Victòria Almuni. En este caso, las JMEP han sido un «muy buen ejemplo» precursor otras iniciativas.
«Forma parte de los proyectos pioneros. Para vivir un momento como este hacen falta muchos años de trabajo», ha certificado. «Estos 20 años se ha ido trabajando y mejorando un ambiente, una forma de trabajar en el territorio que ha permitido que, poco a poco, las Terres de l'Ebre estén en el mapa catalán, valenciano de actividades con mucha calidad», ha cerrado Almuni.
Un boom, según ha concretado Vericat, que funciona sincronizadamente evitando pisar las diversas iniciativas y de forma totalmente complementaria.