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La cestería artística y moderna se reivindica en el Mas de Barberans en la 21.ª edición de la muestra

La Feria de Fibras Vegetales descubre el trabajo de las artesanas chilenas con algunas fibras que aquí no se utilizan

Una artesana treballa un trenat a la seva parada de la Fira de Mas de Barberans

Una artesana trabaja un trenzado en su puesto de la Feria de Mas de BarberansCedida

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El Mas de Barberans vuelve a reunir este fin de semana los cesteros y artesanos de fibras vegetales más importantes del país y del mundo. La Feria es el estandarte de alta calidad del sector, y reúne a los mejores artesanos, que se van dando relevo porque la feria no puede dar cabida a todas las peticiones.

Aunque son técnicas y recursos ancestrales, la muestra es una reivindicación de la modernidad de la artesanía. En esta 21.ª edición se ha invitado un grupo de artesanas chilenas. Trabajan fibras como «la manila, la totora, la avena loca o teatina», y algas que casi ya no utilizan aquí, como el trigo ligun. El sector, que trabaja con las plantas, también mira de reojo las adaptaciones que les puede forzar a hacer el cambio climático.

Rocío Schätzke, es gestora cultural de proyectos de artesanía y diseñadora del equipo de artesanas Trenzados de Cutemu (población de la región chilena del General Bernardo O'Higgins), junto con Zaida Muñoz y Juana Muñoz. Allí, como aquí en Cataluña, el oficio de llatadora pierde relevo generacional.

Schätzke explica que en Cutemu existe una comunidad que se dedica al oficio, un centenar de artesanas que lo mantienen, pero los más jóvenes no se muestran interesados, se van a estudiar fuera y escogen otras profesiones. Como aquí, los jóvenes que hacen una apuesta para aprenderlo encuentran una salida artística.

Con el proyecto Trenzados de Cutemu se enseña a trenzar la paja, investigan el origen y la historia de las técnicas y se diseñan, desarrollan y comercializan nuevas piezas tradicionales pero modernas. Destacan los sombreros de trenzado fino que elaboran y otros complementos. Aunque está convencida de que el trenzado de paja de trigo llegó desde Europa a Chile, lo ha sorprendido que aquí se trabaje más el centeno.

Internacionalizando la Fira del Mas

En el Mas de Barberans los ha sorprendido todo el abanico de fibras y técnicas que muestran artesanos de toda España y de otros lugares de Europa, como Francia o Portugal. «Es un honor para nosotros compartir todo eso», ha agradecido Rocío Schätzke.

La comunidad de artesanas de Cutemu también utiliza las redes sociales – y sobre todo Instagram -, para hacer divulgación de su trabajo, crear sinergias con artesanos de todo el mundo y encontrar ideas para innovar y vender sus productos «a precios justos».

La diseñadora chilena reconoce que no pueden competir con los grandes productores y ha destacado a «el público específico e interesado, que valora el trabajo y el oficio», que se acerca a una feria especializada como la del Mas de Barberans.

Cestería de todo el mundo

Como ha recordado Mònica Guilera, cestera y una de las coordinadoras de la Feria de Fibras Vegetales, la muestra ofrece una gran representación de la gran variedad de materiales y técnicas para trabajarlos que tiene el oficio, y el Mas de Barberans ofrece una oportunidad única de verlo muy junto.

Algunas de las fibras que se trabajan en la Feria son la caña, diferentes tipos de junco, la boga, la mimbre o la sarga, la paja, y los pollisos de olivo, entre muchos otros. Les técnicas generalmente son ancestrales pero cada artesano aporta «una parte de innovación». «Entonces los oficios evolucionan porque el artesano le pone siempre, siempre le añade alguna cosa» ha reivindicado Guilera.

La sequía y la materia prima

La materia prima del oficio cestero también está afectado por el nuevo contexto de emergencia climática. La sequía actual, por ejemplo, limita la producción de mimbre. Pero también hay materiales muy adaptados al calor, por ejemplo, como la caña.

Los artesanos de Portugal que ha venido a la feria la trabajan y los han enseñado como hacerlo. Nos lo tenemos que mirar porque tiene muy potencial, como el esparto que es una planta muy adaptada al seco, puede aguantar muy bien. Tenemos que ir mirando cómo adaptarse, porque puede ser que un material con que contamos ahora, de aquí unos años no esté disponible», ha reconocido la cestera.

La sede de los fibras vegetales, todo el año

Cuando la feria acabe este domingo, la apuesta del Mas de Barberans por la artesanía de las fibras vegetales no baja la persiana. El municipio tiene el Museo de la Pauma y el Rincón de las Fibras Vegetales, entre otros, que se puede visitar todo el año.

El centro museístico recoge la huella de todos los artesanos que pasan por la muestra y que colaboran con las actividades, talleres y cursos, que se hacen al pueblo. «Es importante que existe en una zona donde la cestería fue tan importante para la supervivencia de todo el mundo, como aparte de la economía local», ha defendido Guilera.

«Es un museo moderno que presenta el oficio de una manera esmerada y con muy bien documentado y con mucho criterio porque lo hacían los abuelos, sí, pero ahora también lo hacemos», ha añadido.

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