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Promueven la recuperación y construcción de barracas en el Delta del Ebro

El proyecto 'Barracas 2100' impulsa talleres sobre técnicas arquitectónicas con materiales sostenibles y de proximidad

Un grup de persones treballen conjuntament per col·locar borró en una teulada d'una barraca al Poblenou del Delta.

Un grupo de personas trabajan conjuntamente para colocar tamo en un tejado de una barraca|chabola en el Poblenou del Delta.ACN

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En el Delta del Ebro se conservan una sesentena de barracas tradicionales hechas de madera, barro y fibras vegetales, la mayoría de ellas en Amposta y Sant Jaume d'Enveja.

Se trata de una cifra que la asociación Sediments quiere aumentar en los próximos años, mediante la recuperación de estos elementos y la promoción de nuevas construcciones donde se combinen técnicas ancestrales con conocimientos actuales y nuevas tecnologías.

El proyecto Barracas 2100 promueve talleres que enseñan a construir con materiales sostenibles y de proximidad. Por otra parte, la iniciativa ha redactado el proyecto de construcción de una «barraca innovadora», que fusiona la instalación de placas fotovoltaicas con el uso de tamo o cañas para garantizar el aislamiento térmico del espacio.

El 80% de las barracas tradicionales que se conservan en el Delta del Ebro fueron construidas entre finales de la última década del siglo pasado y los primeros años de los 2000, pero desde entonces, la edificación de este tipo de espacios sufrió una bajada. Un hecho que la asociación Sediments y el Colegio de Arquitectura Técnica de las Terres de l'Ebre apuntan que se debe a la implantación de la ley de urbanismo de 2002, además del paso del tiempo y la desaparición de estos espacios por causas climatológicas, ya que mayoritariamente estaban hechas de barro y madera. Con la voluntad de revertir esta situación, han impulsado una investigación para dar a conocer este patrimonio ebrense.

El uso de tamo, caña, madera o barro es una constante que se repite a lo largo de las barracas tradicionales y que ahora, se reivindica por sus capacidades de aislamiento térmico. El proyecto busca promover la construcción de barracas con estos elementos más sostenibles y de proximidad, en una iniciativa que se marca como objetivo llegar a las 2.100 edificaciones en el conjunto del Delta del Ebro. Un hito marcado también a largo plazo, con el año 2100 en el horizonte.

«Pensamos que las barracas son una construcción de futuro», ha aseverado a ACN Josep Juan Segarra, uno de los coordinadores del proyecto y miembro de la asociación Sediments, quién defiende no sólo la recuperación de estas barracas , sino la implementación de conocimientos y tecnología actual vinculada a la autosuficiencia energética en estas construcciones.

Talleres para extender conocimientos

De forma puntual, la asociación Sediments organiza talleres dirigidos al público interesado a poner en práctica los métodos originales de este tipo de construcción, además de participar en acontecimientos culturales de las Terres de l'Ebre, como la feria Orígens de la Ràpita, la feria de las fibras vegetales en Mas de Barberans o la fiesta del Mercado de Amposta.

El último de los talleres impartidos por la entidad ha permitido a una décima de personas a aplicar los conocimientos en la confección de una cubierta sencilla en una finca en Poblenou. Una iniciativa que ha permitido practicar a Pau Macià, vecino de Amposta, quien espera poder utilizar esta técnica en un futuro porche de su casa. Esta debilidad le viene de su abuelo, quien ya había construido barracas tradicionales, pero reconoce que ha habido una generación a quien le ha dejado de interesar este patrimonio ebrense. «Hay una generación, la que ya perdió la barraca, que lo ve como una cosa que no es factible. Pienso que es importante recuperarlo para volver a unir a la gente», ha afirmado.

Una opción para fomentar el acceso a la vivienda

Por otra parte, Segarra ha señalado que la posibilidad de volver a construir barracas con elementos sostenibles fomenta el acceso a la vivienda a la juventud con opciones autosuficientes energéticamente. Según sus cálculos, levantar desde cero una edificación de estas características de unos 40 o 50 metros cuadrados podría tener un coste que oscilaría los 20.000 euros. «Si no tenemos la oportunidad de pagar una empresa que nos construya toda una casa, quizás podemos poco a poco construirnos una pequeña barraca . Aquí es donde chocamos con la normativa urbanística; hay unos límites que son comprensibles en cierta manera, pero quizás los jóvenes de aquí que no tienen la opción de pagar una casa o un alquiler demasiado alto, que puedan hacerse una barraca para vivir con estas condiciones de sostenibilidad pienso que sería muy interesante», ha apuntado.

En la misma línea, el proyecto Barracas 2100, la entidad y el colegio ha redactado el proyecto de construcción de una «barraca innovadora», que incluye la instalación de placas fotovoltaicas en el porche. Hacerla realidad, según Segarra, supondría un coste de unos 150.000 euros y podría optar a ayudas relacionadas con la promoción de la autosuficiencia energética. Así, ya se han hecho reuniones con administraciones locales para presentarles la propuesta, de la que han recogido buenas sensaciones.

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