Diari Més

Delta del Ebro

Infosa modifica el acceso a las Salinas de la Trinitat por «la falta de acción del Estado»

La compañía dice que la obra sirve para «comprar tiempo» y reclama una «salida de emergencia marítima»

Un vehicle circula pel nou camí d'accés a les salines de la Trinitat a la barra del Trabucador.

Un vehículo circula por el nuevo camino de acceso a las salinas de la Trinitat en la barra del Trabucador.ACN

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La empresa Infosa se ha visto forzada a modificar el acceso a las Salinas de la Trinitat, en la Punta de la Banya del Delta del Ebro. Les inundaciones constantes y la inestable situación del istmo del Trabucador ha dejado inoperativa la entrada actual a las Salinas y se ha hecho retroceder entre 7 y 40 metros hacia el oeste, construyendo un nuevo vial de 300 metros.

El director de la Fundación Salines Marines, Cristian Jensen, ha lamentado las Salinas han perdido un 10% de extensión (120 ha) con la regresión del Delta y ha recriminado que la causa es «la inacción del Estado». «Estamos comprando tiempo hasta que las autoridades decidan qué hacer en el litoral deltaico», ha añadido. Infosa ha vuelto a reclamar «una salida marítima de emergencia».

El camino de acceso en las Salinas de la Trinitat, en la Ràpita, se ha modificado por completo. «Es una adaptación a la no acción del Estado», ha criticado Cristian Jensen, de la Fundación Salines Marines impulsada por Infosa, la empresa que las gestiona. Entre las alternativas del proyecto se ha ejecutado la que recupera el vial antiguo, parcialmente sobre los cristalizadores y desmontando el actual.

De hecho, el camino se ha movido entre unos 7 y 40 metros hacia la bahía de los Alfacs, para situarlo más alejado de mar abierto y de la playa. Esta opción es la tenía «menos impactos ambientales sobre los valores objeto de preservación, entre los cuales las áreas de nidificación, hábitats y paisaje». Como se ha publicado en el DOGC (Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya) de este martes, el informe de impacto ambiental del proyecto determina que no se tiene que someter a una evaluación de impacto ambiental ordinaria, dado que la actuación prevista no tiene efectos adversos significativos sobre el medio ambiente.

Obras en la recta final

El trazado del nuevo camino tiene una longitud de 546,83 metros, con una anchura de 6 metros y superficie total de afección de 3.280 metros cuadrados. De hecho, los trabajos consisten en recuperar el antiguo camino de acceso, aprovechando un tramo de un camino histórico existente antes del año 1945, que se ha alargado. Al final de este tramo se ha reconstruido, dentro de la conexión de paso, un camino que cruza una zona de la bahía de los Alfacs hasta llegar a la zona de arena.

La obra comporta la aportación de 5.173,71 metros cúbicos de nuevos materiales. Se ha mejorado la anchura y la cota y también se han instalado vallas nuevas para evitar la entrada de depredadores. Las vallas han recibido una subvención del Parque Natural del Delta del Ebro. Las obras empezaron hace una semana y se alargarán todavía unos días. El coste va a cargo de Infosa.

El camino usado hasta ahora ya ha quedado lleno de agua y, muy probablemente, las constantes inundaciones y la arena borren el rastro. «El mar se lo estaba comiendo y no había alternativa», ha explicado Jensen. «Lo que nos garantiza esta obra, este nuevo camino, son unos años de seguir manteniendo la actividad a dentro de las salinas de la Trinitat, si no se hace nada», ha insistido.

Soluciones

Las soluciones que se reclaman para parar la regresión en la Punta de la Banya son también medidas para «recrecer» el litoral, con más arena y zonas de amortiguación de los temporales que eviten que el agua «pique» en el camino, y sobre todo que «se garantice la estructura de toda la zona de las Salinas de la Trinitat y de la costa», por el impacto económico que supondría acabar con la actividad salinera y el impacto que eso tendría en los valores naturales, históricos y culturales que representan.

Desde Infosa también recelan que se pueda replicar en el Delta del Ebro el modelo de los Países Bajos, Alemania o Dinamarca, pero también aceptarían «medidas duras». «Que el Estado diga qué hay que hacer, pero la inacción no es válida porque el retroceso es permanente», ha advertido Jensen. Infundida también reclama de hace tiempo «un pantalán», «una salida marítima» de las salinas, sobre todo para situaciones de emergencia, cada vez más habituales cuando se rompe y se inunda la barra del Trabucador. «Es un proyecto muy importante para nosotros, que tenemos guardado y congelado, pero falta encontrar alternativas, no podemos sólo utilizar el Trabucador», ha recordado el director de la Fundación Salines Marines.

Jensen ha insistido en que hace falta proteger y conservar el istmo porque es «una barra geológica» de resguardo de los agricultores, de los acuicultores de los Alfacs, o del puerto de la Ràpita y el sector turístico y marítimo. Mientras no se hace nada, la Isla de Buda «ha perdido cuatro kilómetros de hábitats naturales, protegidos y de interés prioritario» y en Niño Perdido «ya hay casas bajo el agua». Jensen también ha señalado que las Salinas de la Trinitat no escapan de la regresión y han perdido 120 hectáreas del millar que disponían.

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