Estudian soluciones técnicas para poder reprender con seguridad las clases en el instituto Alfacs de la Ràpita

El Ayuntamiento de la Ràpita (Montsià) y el Departamento de Educación estudian soluciones técnicas para poder reprender con seguridad las clases en el instituto Alfacs, después de que este jueves al mediodía el desprendimiento de piedras de una cantera próxima obligó a desalojar preventivamente el centro.

La caída no causó daños personales ni en las instalaciones escolares. Un geólogo ha inspeccionado este viernes por la mañana la zona para determinar si existe peligro de nuevos incidentes. El concejal de Educación sancarlense, Carlos Solanes, ha explicado que este mismo viernes abordarán con un ingeniero las medidas que se tendrán que llevar a cabo en un punto concreto para evitar desprendimientos y reprender las clases lo antes posible.

Cuando faltaban diez minutos para acabar las clases este jueves al mediodía, un desprendimiento de piedras acompañado de un fuerte ruido alertó a alumnos y profesores del centro. Siguiendo el protocolo, se evacuaron las instalaciones ordenadamente. Policía local y bomberos se personaron en el lugar de los hechos y comprobaron que no se habían producido daños materiales.

Este viernes, los 752 alumnos y el resto de profesores y personal del centro, que puede albergar hasta 900 personas, se han quedado en casa preventivamente. Un geólogo ha inspeccionado la zona para determinar si existe peligro de nuevos desprendimientos.

En la parte norte de la pedrera, más próxima al centro y que da a una parte del patio y barracones, ha localizado un «punto caliente» que requiere una actuación. Será el informe de un ingeniero el que determine ahora las obras que se tienen que llevar a cabo para asegurar el espacio y permitir la vuelta de los alumnos, profesores y personal al centro.

A pesar de esto, el caso de este jueves no es una novedad en el municipio. El origen de todo es la antigua pedrera de detrás del instituto, una excavación de donde antiguamente se sacaron los bloques de piedra para construir el muelle comercial de la Ràpita y que entró en desuso hace casi un siglo. Para evitar que las rocas llegaran al edificio, se excavó un foso y levantó un muro de contención.

«Es un peligro»

Las fuertes precipitaciones de las últimas semanas, sin embargo, han reactivado posibles movimientos. «Como ha llovido tanta agua, va filtrando, la arcilla se va haciendo adobe y va soltando piedras. Es un continuo. Toda la vida que caen piedras y es un peligro. Por eso de hace años que reivindicamos un nuevo instituto», ha remarcado Solanes. Más todavía, después de que la reforma curricular haya traído a los alumnos de primero y segundo de ESO en el centro.

De momento pues, una vez se disponga del informe técnico la última palabra para la reapertura del centro la tendrá el Departamento de Educación. Solanes entiende que los alumnos de los primeros cursos de ESO pueden continuar unos días haciendo clases telemáticas pero recuerda que los de Bachillerato, especialmente los de segundo, con exámenes programados la próxima semana y a las puertas de la selectividad, requieren un régimen presencial.

Ante la posibilidad de tener que recolocar a algunos alumnos, el gobierno municipal había pactado con los otros centros escolares del municipio disponer de algunas dependencias para poder seguir la actividad. El concejal confía en que las clases se podrán reprender los próximos días o en una semana como máximo. Advierte, sin embargo, que, si eso no se produjera, habría que habilitar espacios o barracones provisionales en otro espacio.