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Móra la Nova y Tivissa modifican el planeamiento del polígono industrial del Molló para atraer empresas

Sólo una nave tecnológica del Consell de la Ribera d'Ebre se ha instalado en el espacio industrial, inaugurado hace doce años

L'alcalde de Móra la Nova, Carlos Trinchan, mostra els terrenys desocupats del polígon industrial del Molló

El alcalde de Móra la Nova, Carlos Trinchan, muestra los terrenos desocupados del polígono industrial del MollóCedida

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Los ayuntamientos de Móra la Nova y Tivissa (Ribera d'Ebre) tramitan la modificación del planeamiento urbanístico del polígono industrial del Molló para conseguir que, doce años después de su inauguración, se acaben instalando empresas. 

Con una inversión pública de más de 7 millones de euros, en el espacio sólo hay en funcionamiento una nave del Consejo Comarcal de la Ribera d'Ebre destinada al impulso de la tecnología 5G. A pesar de los contactos y anuncios a lo largo de los años, la realidad es que más de 100.000 metros cuadrados de suelo industrial, la práctica totalidad del polígono, continúan todavía en venta. El alcalde de Móra la Nova, Carlos Trinchan, confía en que los Fondos Nucleares permitirán cambiar esta situación.

Tanto la junta de gobierno local del consistorio moranovenc como la del de Tivissa, municipios que comparten la titularidad del espacio, han aprobado ya inicialmente la modificación puntual del plan parcial urbanístico plurimunicipal del sector de actividad económica del Molló. La previsión es que la aprobación definitiva por parte de la Comisión de Urbanismo de las Tierras del Ebro (CUTE) pueda tener lugar entre septiembre y octubre.

El principal cambio introducido afecta al parámetro de la altura máxima de las construcciones, que pasa de 10 a 25 metros. También permite ampliar el margen de reparcelación para obtener espacios de mayores dimensiones así como subdivdir en otros menores.

Además, se elimina la restricción de autorizar sólo oficinas al servicio de la actividad. Entre los usos industriales previstos, se incluyen los espacios logísticos y las actividades tecnológicas así como los centros de producción e investigación de las tecnologías de la información.

Según el alcalde de Móra la Nova, Carlos Trinchan, la normativa, con cerca de dos décadas de antigüedad, no daba respuesta a los requerimientos actuales de las empresas para instalarse en este tipo de polígonos.

«Con motivo de los fondos de transición nuclear hemos tenido contactos con algunas empresas y nos comentamos que quizás tendríamos problemas con la altura libre que nos marcan actualmente las normas», ha apuntado. El paso de 10 a 25 metros máximo, apunta, dará mayor «libertad» a las empresas a la hora de diseñar sus instalaciones.

En cualquier caso, el hecho de que uno de los espacios industriales considerados estratégicos en las Tierras del Ebro por la Generalitat desde hace dos décadas y que fue objeto de una fuerte inversión pública no haya registrado ninguna implantación industrial, más allá de la nave del consejo comarcal de la Ribera d'Ebre -el llamado CoEbreLab 5 G, donde varias empresas testean y desarrollan los proyectos basados en esta tecnología-, sigue generando desconcierto en la comarca.

100.000 metros cuadrados en venta

«Nos lo hemos hecho muchas veces la pregunta: por qué motivo hay polígonos que funcionan y este no ha acabado de tirar. Con tantos años y lo único que hemos tenido es un edificio del consejo comarcal. Estamos por la línea de apostar por la tecnología y tenemos un laboratorio 5G. Pero todavía nos quedan 100.000 metros cuadrados de territorio edificable y nos preguntamos por qué motivo», admite Trinchan. Terrenos que comercializa la Generalitat a través del Incasòl, que a su web ofrece hasta doce parcelas de entre 5.300 y 19.300 metros cuadrados.

Cree que la pandemia afectó decisivamente en esta dinámica, dilatando las decisiones sobre inversiones industriales y el hecho de que son proyecto requieran grandes sumas de dinero. «Ha sido una suma de motivos», resume. A pesar de todo, considera que el espacio tiene unas condiciones comparativamente privilegiadas.

«Tenemos la línea férrea a diez minutos, agua en cantidades considerables, tenemos el gas a un kilómetro, tenemos la C-12, l'N-420 a tocar, tenemos tecnología 5G. A nivel de territorio tenemos factores significativos que tendrían que facilitar la implantación. Pero el conjunto cuesta y tendríamos que vender el territorio, equipamientos que a veces se piensa que no podemos tener,» observación.

El incentivo de los fondos nucleares

De cara el futuro inmediato, confía Trinchan en que el trabajo del consejo comarcal y el empuje que pueden suponer los fondos nucleares puede ayudar a revertir la situación. En los últimos años, asegura, contactos y anuncios de pretendidas implantaciones no han faltado. Pero por unas razones u otros nunca han llegado a cuajar. «Estamos en conversaciones con empresas que marcan unas condiciones edificativas y por eso hemos impulsado la modificación», reitera.

La expectativa de los recursos que puedan llegar de los fondos nuclear es la principal carta que los ayuntamientos quieren jugar para activar las implantaciones industriales en el polígono del Molló. El alcalde moranovenc valora positivamente el diseño de los fondos pero entiende que hay que abrir camino para avanzar en el funcionamiento en la práctica. Habla de crear líneas propias de subvención por parte del órgano de gobernanza de los fondos, más allá de tener que acogerse a las ya existentes.

Apunta que la falta de presupuestos de la Generalitat ha dificultado el proceso pero que no tendría que ser excusa para dejar de repartir los 84 millones de euros previstos este 2024. «Es también un problema de falta de ambición». Remarca que el objetivo de estos recursos, en todo caso, tiene que ser estimular la inversión del sector privado. No es que los ayuntamientos hagan proyectos de eficiencia energética. Tienen que llegar al sector privado. Y lo haremos», ha cerrado.

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