El turismo batalla para crecer en el interior a pesar del déficit de comunicaciones

Incluso entre el turismo más fiel, el desconocimiento de la diversidad tarraconense es flagrante. Y a nivel internacional todavía hay quien sitúa Roses en la Costa Daurada, confundiendo Tarragona con Girona.

A pesar de las dificultades, la estrategia para incrementar la actividad en los meses más flojos pasa por fortalecer las experiencias alternativas al sol y la playa. «Después está el reto de mover a la gente que llega, tanto si lo hace en el aeropuerto como la estación del AVE. Es urgente que eso se solucione», remacha Berta Cabré, presidenta de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo.

Es una misión casi imposible que un turista llegue a ningún sitio en el interior. «Yo se lo puedo explicar, pero tienen que hacer excursiones guiadas o alquilarse un coche...y entonces el coste no es el mismo. Al final, si tan difícil es, la gente se queda con aquello fácil», añade.

La estrategia de crecer a partir de experiencias alternativas despierta un consenso general en el sector. «Pero las capacidades para atraer gente en el interior son las que son», afina Albert Savé, presidente del gremio hotelero que, aparte de la movilidad, también ve una cuestión fundamental: evitar que en la Costa Daurada se replique la hostilidad contra el turismo.

«Tenemos que crecer en temporadas bajas, de acuerdo. Pero no lo tenemos fácil, porque las vacaciones escolares y de las empresas coinciden en verano», señala. «No puedes estar 20 años sin hacer vivienda social y cargar al sector la responsabilidad del problema de la vivienda», añade el presidente de los alojamientos turísticos, Joan Calvet.

Cabré recuerda que hace un par de años una encuesta promovida por el sector aseguraba que la población tarraconense ve positivo el turismo y ve margen para crecer, pero admite que «hay que explicar lo que aporta el sector, y lo tenemos que explicar mejor».

El año de la total recuperación

El año pasado la Costa Daurada superó en facturación las cifras anteriores a la pandemia, pero este año el sector se muestra convencido de que superará también las cifras de pernoctaciones. Y lo hará en buena medida por el incremento de actividad en el aeropuerto, que tiene concertada con las aerolíneas un 16% más de capacidad.

«Por mucho que haya gente que se marche a Barcelona, eso se traslada directamente aquí», señala Cabré. El 2024 será un buen año, a pesar de no contar con un turismo ruso «que llegó a ser el tercer mercado», recuerda Cabré, sobre todo por el repunte de irlandeses, británicos y alemanes.

Hacer del aeropuerto la punta de lanza para avanzar hacia la desestacionalización es clave, para la presidenta patronal. «A lo largo del año tenemos múltiples experiencias a ofrecer», señala. Sin embargo, el elefante en la habitación del transporte público, es enorme: «tenemos unos recursos maravillosos, pero no lo ponemos nada fácil», lamenta.

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