Diari Més

Diferencias y similitudes

Dos caminos para llegar al mismo sitio

Barcelona suprimió cuatro entidades preexistentes, Tarragona aprovechará sus recursos

Imagen de la Administración Metropolitana de Barcelona.

Publicado por

Creado:

Actualizado:

«En Tarragona el proceso es otro, pero también hay una cultura de cooperación. Hay una cultura metropolitana respecto a muchos temas, y ahora se quiere ampliar», señala Balmón. En el Camp de Tarragona, los mismos municipios que ahora impulsan el área metropolitana crearon en 1987 la Mancomunidad para la Gestión de Residuos Urbanos. Dos años antes había nacido el Consorci d'Aigües de Tarragona.

El año 2010 el Parlament de Catalunya aprobó por unanimidad la ley que dio el pistoletazo de salida a la actual AMB, un ente que sustituyó las tres entidades metropolitanas anteriores (la Mancomunidad de Municipios Metropolitanos, la Entidad del Medio Ambiente y la Entidad Metropolitana del Transporte) y también el Consell Comarcal del Barcelonès, formado íntegramente por municipios incluidos en el proyecto metropolitano.

El proceso tarraconense todavía es incipiente, pero ninguno de los actores implicados ha verbalizado la necesidad de suprimir ningún consell comarcal. Ni tan sólo de modificarlo. Más que sustituir, el Grupo Impulsor del Área Metropolitana tarraconense lo que hace es superar la fase de embrión que supuso el defenestrado Consorci del Camp de Tarragona y su Área de Influencia y, en realidad, la línea de pensamiento dominante es la de aprovechamiento de las estructuras existentes para integrarlas de alguna manera al proyecto metropolitano.

En Barcelona, dice Balmón, el debate sobre el ámbito territorial fue «fácil». Para no eternizarlo, los promotores de la AMB optaron por el mayor ámbito territorial de las entidades que iban a fagocitar: la de Medio Ambiente sumaba exactamente los 36 municipios que actualmente integran la AMB, en un debate en plena efervescencia.

En Tarragona los 8 municipios del grupo impulsor son los mismos que crearon la mancomunidad de residuos el año 1987, pero el debate territorial tampoco está cerrado. «Tenemos que acabar de definir el ámbito territorial», decía al Diari Més la presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó, ahora hace un año.

A los residuos urbanos y al agua, Tarragona le quiere sumar la movilidad, la vivienda y la promoción económica y la cultura. Son casi calcadas al ‘pack’ que sumaban las entidades metropolitanas anteriores de una AMB que ha más que duplicado su presupuesto. Un denominador común: cuanto más tiempos juntos, surgen más cosas que hacer.

tracking