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Tribuna

Pedro Sánchez, el presidente del diálogo

Diputado del PSC del Camp de Tarragona

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El presidente Pedro Sánchez ha explicado en varias ocasiones que cuando decidió liderar la opción del cambio al gobierno del PP y de Mariano Rajoy tras las últimas elecciones generales constató una realidad inquietante. Hubo un momento en que todas las líneas editoriales de los grandes medios de comunicación, así como las declaraciones de todos los interlocutores del poder económico, le emplazaban a perpetuar a Rajoy como presidente y darle así cuatro años más de gobierno al PP.

«Sin embargo –explica el presidente- en todos aquellos meses no me encontré a nadie en la calle que me pidiera hacer lo contrario de lo que estaba defendiendo: intentar liderar, sabiendo de las dificultades objetivas que teníamos, un gobierno del cambio que dejara atrás la corrupción vinculada al Partido Popular.»

Un día, al coger un taxi, el taxista le dijo «por la radio y por la tele parece usted Atila…», e inmediatamente después, «pero no haga caso. Siga, siga usted como ahora, que va bien, que estamos todos muy contentos. Aguante usted…»

«La verdad es que me encontraba con mucho cariño por la calle y también con mucho respeto de la gente. En Catalunya la pulsión a favor del cambio era formidable. Siempre he creído que la política implica defender con honestidad tus convicciones, sin engaños y hasta las últimas consecuencias.» Y este es uno de los grandes valores del presidente: su determinación para luchar por aquello que considera justo, sin ceder ante chantajes de grupos de poder por poderosos que sean.

Otro gran valor que lo refuerza como líder político es su capacidad para dialogar desde el respeto. La misma prensa internacional se ha referido al presidente Pedro Sánchez como el presidente del diálogo. Diálogo dentro de la Constitución y de la ley, claro, pero diálogo. Parece absurdo tener que decirlo porque es una cuestión de puro sentido común ya que si no dialogas con el que piensa diferente que tú entonces, ¿qué haces? Si solo hablamos con los que piensan igual entonces el diálogo se convierte en un monólogo. Y los monólogos que se inventan realidades inexistentes y «planes secretos» virtuales ya hemos visto a dónde nos han conducido…

Tanto el PP-C’s-VOX como el independentismo radical han negado el diálogo y han apostado por alimentar el conflicto. Error. Error que pone en peligro la convivencia. Negar el diálogo en política siempre es un error porque, sin diálogo, ¿qué opción nos queda? ¿El enfrentamiento? ¿El choque de trenes que algunos nos han querido imponer desde el 2012? Algunos apóstoles de la intransigencia se entestan en equiparar diálogo con claudicación o traición. Nuevo error. Hablar con el que opina distinto que tú no es claudicar, es intentar buscar una solución a un problema real, dentro de la Constitución y la ley. El presidente Pedro Sánchez, en efecto, simboliza el diálogo frente a aquellos que viven políticamente de la confrontación.

Porque ya ha llegado el momento de salir del diabólico «choque de trenes» dónde nos metieron unos irresponsables para avanzar, desde el diálogo y el respeto, con capacidad de empatizar con aquellos que discrepan de nuestras posiciones. Debemos recuperar la confianza en el diálogo y la convicción que cualquier propuesta es legítima en democracia, si se defiende en el marco de la Constitución y la ley y, por supuesto, sin recurrir a la violencia. Garantizando la convivencia y la paz tanto en Catalunya como en el conjunto de España. Este es el compromiso del presidente Pedro Sánchez y la fuerza de sus convicciones la garantía que ningún irresponsable pondrá en peligro la convivencia en nuestras calles.

Determinación, honestidad, respecto y diálogo. Y al citar la palabra «respeto» no puedo evitar recordar la retahíla de insultos con que el candidato del PP, señor Casado, se ha referido al presidente constitucional de España: «traidor, felón, golpista, ilegítimo, mentiroso, incapaz, desleal, ridículo, etc.»Según contaron los periodistas hasta 16 insultos en una intervención inferior a los 20 minutos, casi un insulto por minuto. ¿Dónde vamos con estas exhibiciones de intolerancia, con este desprecio absoluto hacía el que no mimetiza con las posiciones consideradas como propias? ¿Con exabruptos, con intolerancia, con fanatismo, qué se puede construir de bueno? Nada.

El día 28 de abril, tú decidirás qué país quieres. O bien avanzamos desde el diálogo que garantiza el progreso con un gobierno socialista liderado por Pedro Sánchez o bien tiramos atrás 40 años el reloj de la historia con la alianza santa de la derecha extrema con la extrema derecha del PP-C’s-VOX, con la restricción de derechos y libertades que eso supondría. De tu voto depende.

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