Reconozco que me había acostumbrado. El juicio del Tribunal Supremo era para mí como la radionovela de cada día de mi abuela, y aquel culebrón titulado «¿Quién será alcalde?» me tenía más enganchado que la ceremonia de la Lotería Nacional cuando has comprado 32 décimos. Los «enganchados» a estas dos series estamos de suerte, porque si el miércoles sabremos el final de «Doce hombres sin piedad», todavía nos quedarán tres días para que acabe la primera temporada de «Arriba y abajo», que nos descubrirá que las próximas tendrán como protagonista a Gregory Peck Ballesteros.
Tengo un familiar que sigue las dos series y que está muy contento porque le han subido el sueldo. Trabaja en una fábrica de material para hospitales y dice que este año las ventas de cordón sanitario han aumentado, tanto en Madrid como en Barcelona. Por cierto, que me he encontrado en un restaurante a un político municipal y le he preguntado cómo iba la partida de póker. Me ha contestado «progresa adecuadamente». Os preguntareis de qué color era el conseller.
Seguiréis sufriendo, porque lo que ha dicho sirve igual para cualquiera de los dos bandos. ¿Y ahora qué haremos sin juicio del Procés? Sin esa abogada del Estado tan modosita, sin las historias bélicas del Zaragoza y sin los chistes de Marchena… No me hagáis mucho caso, pero yo creo que no tardaremos mucho a ver aquel plató lleno de nuevo con otros actores hasta que no se consiga lo que todos sabéis. Incluso he llegado a pensar que se creará un canal temático que podréis ver en la tele y que programareis en el mando a distancia con el número 155. ¿Cómo se podría llamar el canal? Ah, sí, «La corte del Faraón».