Después de oír los informes de las defensas del juicio del Procés he sacado una conclusión: en el Tribunal Supremo se tendría que rodar un anuncio del Pronto. Sí, aquel producto limpia-muebles de Johnson que cambiaba el polvo por brillo. Hay tres motivos que convierten aquel lugar en el plató perfecto. Primero de todo, no sé si os habéis fijado, pero cada vez que Melero ha de criticar a los excelentísimos representantes del Ministerio Público dice que son «brillantes». Después de este piropo, entonces viene el «polvo». No sé si me he explicado, pero lo aclararé para los que votan a Vox: sería como decir que mi amigo Florencio es un tío inteligente, trabajador y buena persona, pero también un cerdo y un imbécil. Supongo que los fiscales deben mirar como aquellos cachorros que giran la cabeza cuando no entienden algo, sin saber si reír o llorar.
No sé si recordáis aquel anuncio de los años noventa en que una mujer con una especie de sábana amarilla (¡horreur, he dicho amarilla!) se lanza sobre una mesa de reuniones, como la que han utilizado Ricomà y los comunes. Aquella que dice Ballesteros que se ve que no estaba tan limpia. Después, tenéis que reconocer que otra cosa no, pero muebles para limpiar, en el Supremo hay unos cuantos. Sería un parque temático para empleados-empleadas de la limpieza. En aquellas oficinas aún están los mismos muebles que en el siglo XIX y os puedo asegurar que para rodar una película sobre Cristóbal Colón sólo haría falta llevar la cámara, el decorado ya lo tienen. He de reconocer que he disfrutado con los informes de los abogados defensores, pero Melero, coñe, no hables de José Luis Cuerda. No les des ideas…