No hace falta que os diga que soy un poco payaso. Bueno, un poco no, todo el paquete entero. En los años noventa se me acudió grabar en el contestador automático de casa una especie de mayordomo inglés que decía que el amo no estaba disponible porque había salido a jugar al golf. Aquel «unavailable» no gustó nada a un cliente, que me dijo que era poco serio si me llamaba alguien de una multinacional. Hace poco que he llamado al contestador de una de estas empresas pijas de la Diagonal de Barcelona y me he acordado de aquel mensaje que tuve que borrar. Con el mismo tono de voz que mi contestador, una vocecita decía, literalmente: «Luchi Pérez is currently unavailable». Lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido Paco Martínez Soria diciendo aquello de «¡¡tanta Luchi, tanta Luchi… y se llama Luciana!!». A ver si nos entendemos, bajo los FYI, ASAP, CEO… lo que hay es un «pa que t’enteres», «date maña» y «el jefe».
Estamos entrando en un mundo donde, de tanto hablar guai, llegará el momento que ya no entenderemos nada. Cometieron el error de contratarme como director de contenidos en una empresa tecnológica de Barcelona hace unos años, y os juro que hacíamos reuniones de una hora en las que no entendía absolutamente nada. Así que abogo por catalanizar a los Product Owners y los CTTO. Yo contrataría un hacker para que llamase a todos esos teléfonos de multinacionales de la Upper Diagonal y que contestasen con expresiones tipo: «halaaa, a dormir», «arreee, atrás, atrás…» (este ya lo ha registrado Rosalía», o un «ya sa ío», que parece japonés y también es guai, mucho más bonito que el «unavailable» de las narices. ¿No my friends?