Buenos días, María Elisa. ¿Cómo estás? Muchas gracias por enviarme la foto del master de Illinois. Es un documento muy bonito que me ha generado cierta envidia porque el mío es de la Autónoma, mucho más feo, ¡Dónde va a parar! La verdad es que me ha alegrado que alguien del consistorio me lea, porque no sé si Paul Newman lo hace o, como mínimo, no me ha escrito un tuit, como tú. Y eso que soy de los amarillos…
Buenos días, lectores. He querido mantener la tensión escénica, por eso no sabéis de qué va. La consejera María Elisa Vedrina se ha enfadado conmigo por el artículo que se titulaba «Ya tenemos alcalde invertido». Y yo que pensaba que quien se podría ofender era precisamente el alcalde. ¡Mira por dónde! Me dice la política del PP que sea más prudente y que eso dignificará más mi oficio. Y tiene razón. Bien, eso de mi oficio no sé como tratarlo, porque la opinión poco tiene que ver con el periodismo, tiene más relación con la persona, y yo, como individuo mamífero, quiero reírme y, por tanto, debo ser un humorista. Debe estar aquí el problema. Hacer humor con prudencia es como cocinar una tortilla de patatas sin patatas. El personaje que escribe estas líneas tiene un perfil poco pepero. Es un rojo sindicalista, secesionista, inculto y que viste del Carrefour. A pesar de eso, me caen bien personas del Partido Popular como Alejandro Fernández o tú, María Elisa. Creo que ya puse que era fan, y no quise dudar de tus estudios, pero el tema del fallo lingüístico y los estudios en lengua eran un gag puesto en bandeja. ¡Un abrazo! El que sí debe tener también un máster es el amigo Zoido, sí, de la Universidad Internacional de Palos de la Frontera. ¿Ves? Ja estamos…