Estoy viendo por la tele la constitución del Parlamento Europeo, y veo a una señora cantando. Tengo el sonido apagado y me corto las uñas. Deben tocar algo solemne, porque el director del circo de los Hermanos Tonetti está aplaudiendo. Un parlamentario se ha quejado de que allí no estén los electos catalanes. Y entonces, «muy triste», el presidente ha hecho un chiste sobre la elección de una parlamentaria. El presidente italiano ha soltado literalmente «he dicho que haga de escrutadora, no de delantera de un equipo de fútbol». Ha habido muchas risas. ¡Vaya! El Club de la Comedia. ¡Ah, ya entiendo! Los que tocaban el saxo y cantaban al principio del acto, lo que hacían era anunciar la entrada de los payasos. Y ya sabéis por qué lo digo, especialmente si habéis votado para que allí esté un representante vuestro. Sí, sí, ya lo sé, ahora vendrá una legión de personajes muy ofendidos diciendo que si no se hubiesen saltado la ley, las normas, huidos, delincuentes, feos, sucios, separatistas, malísimos… bla, bla, bla. Si realmente son unos mierdas de delincuentes, son unos mierdas de delincuentes que hemos escogido yo y millones de personas. Por tanto, quiero que estos mierdas delincuentes estén allí representándome. El Lute era un delincuente, pero se pudo colegiar en el Colegio de Abogados de Madrid. Los demócratas lo entenderán. Cada día me encuentro a más gente que está decepcionada y acabarán destruyendo la credibilidad de todo lo que nos envuelve. Confiaba en que en Europa tendríamos más cabeza que la banda del Mirlitón, pero veo que estamos igual. Tonetti ha ido a mear y ve por la ventana gente con banderas catalanas y mucha policía que busca a Puigdemont. Algo debe pasar en África.