Buenos días, alcalde. ¿Cómo va todo? Ya, yo también estoy tocado por el tema de la Diputación de Barcelona. ¡Qué le vamos a hacer! Oye, que hace unos días que cuando pregunto por ti me dicen que todavía estás sacando las gomas de borrar del plumier, forrando los libros del nuevo curso y bordando el nombre de la bata. En fin, que todavía no sabes a qué hora se sale al patio ni quien tirará las bolas de papel en los plenos. Hasta ahora, la más traviesa era la Laieta, pero creo que ahora será más buena… Aunque no sé si cuando empecéis a jugar al futbol en el patio te dirá que ya no te «ajunta». También debes tener buena relación con el Espíritu Santo, es un buen chico y quizás algún día volveréis a ir juntos de la mano. Es cuestión de tiempo, todo un «proceso».
Como correctamente empadronado, querría exponerte algunas cositas. Siempre te irá bien saber qué piensa uno de los que pagan IBI. También te recomendaría que fueses a comer algún día a comer con el Pep Fèlix. Ha repetido P1 porque no sabe hacer lacitos, pero sabe perfectamente por qué los tarraconenses lo criticamos todo.
Mira, cuando tengo que ir a ver a tu amigo Cruset des de Apocada al Port, tengo que hacer dos kilómetros en coche. (¿Qué vaya a pie? ¡Tú sabes cuánto peso!) Me gustaría también no morir algún día en el cruce de Rovira i Virgili con Baró de les IV Torres. Va bien que esté allí el colegio de las Dominicas, por si me tienen que hacer la extremaunción. Pasa un poco como cuando cambia el cartapacio municipal, que ya no ves a los que bajan. Un amigo me ha dicho que le diga al alcalde que la calle Pere Martell está muy sucia y ya, si tienes tiempo, recuerda que quiero una calle a mi nombre en la ciudad. ¿Qué todavía estoy vivo? ¡Mira! Si me matan delante del Boada tendremos solucionado el tema.