Todo estaba preparado aquel 16 de julio de 1969 en la Base Aérea de Reus. La noche anterior los astronautas habían hecho una fiesta con los astronautas en una boite que hacía pocos días que se había inaugurado en Salou: la Flash Back. Juan-Amado Albouy, alcalde de Reus, llegaba a la base con un flamante Seat 1.500 negro y se encontraba con el de Tarragona, Ricard Vilar Guix, que lo hacía con un flamante Dodge Dart. Aquellas cámaras de madera cuadradas del NO-DO seguían toda la comitiva. Franco llegaba en helicóptero y todos se dirigieron a la torre de control acompañados del ministro del Interior, don Camilo Alonso Vega.
Había muchos espectadores que contemplaban aquel impresionante tubo de metal, el «Prioral 11». En los puestos de prensa estaba Pedrol, Vicente, De la Fuente Torron, Langelaan y el Tricaz, que estrenaba aquel día la FM en Radio Reus. Firtesa puso en marcha nueve trolebuses que trasladaban gente de Tarragona y Reus. Los obreros que acababan el flamante barrio de San Salvador de Tarragona bajaron de las excavadoras para ver como ascendía aquel lápiz de metal. Los cinco astronautas: Ricomà, Ballesteros, Poblet, Pellicer y Noemí inauguraban el auditorio del Campo de Marte con una rueda de prensa. 10, 9, 7, 3, 5, 3, 9… empezaba la cuenta atrás, hasta que alguien gritó: «¡Quitad al Fortuny y poned a alguien que sepa de números!» ¡¡Booom!! El «Prioral 11» estalló y los astronautas bajaron chamuscados discutiendo sobre si la culpa era de que el Estado no había aportado suficiente financiación, que si era cosa de la Generalitat, que si la Diputación y los Ayuntamientos se tenían que haber implicado más. En fin, igual que ahora.