Tribuna
Los políticos refugiados
Exsenador y exdiputado
La política catalana ha cambiado mucho, muchísimo, y más aún desde el cuestionado referéndum de independencia del 1 de octu- bre de 2017. De aquel día salimos mal, todos los catalanes, y algunos políticos muy mal. Los que fueron responsables de sus actos es- tán dando la cara ante los tribunales, en una prisión preventiva que nos duele incluso a aquellos que estamos muy alejados ideológi- camente de sus posiciones.
Luego están aquellos que, creyéndose émulos del Molt Honorable President Tarra- dellas, eludieron presentarse ante la justicia y, buscando un símil heroico que no se sos- tiene de ninguna manera, desde entonces se
presentan como «exiliados políticos».
Pero si el bando independentista ha gene- rado presos y «exiliados», en el bando cons- titucionalista también ha surgido una nueva especie, la del político refugiado. Se trata de un género de políticos que ha crecido, sobre todo, en el centro derecha porque el PSC, en el constitucionalismo, come aparte y si no,que se lo pregunten a Miquel Iceta que ya no suspira por la presidencia del Senado porque sabe que alguna cartera ministerial, sobre todo si hay nuevas elecciones, puede caer más pronto que tarde.
Pero hablaba del político refugiado. No sé si recordarán a quién, no hace tanto tiem- po, fue líder destacada del PP catalán, AliciaSánchez-Camacho. Sánchez-Camacho par- tió a Madrid como vicepresidenta del Con- greso y allá que encontró refugio, refugio amable y acogedor como puede ser, hoy por hoy, un puesto de diputada en la Asamblea de Madrid. No es la única. La antigua dipu- tada al Parlament de Catalunya, Andrea Levy, hoy es concejala de Cultura del Ayuntami- ento de Madrid. Y la ministra de Sanidad, la catalana Maria Dolors Montserrat, ha encon- trado refugio en la gris pero generosa, muy generosa, Bruselas. Nada digo de Enric Millo, alto cargo, en Sevilla, del gobierno de la Junta de Andalucía.
En Ciudadanos la cosa no anda mucho mejor y aún hay cierto agravante si se compa- ra con la situación del PP: el lugar de nacimi- ento de los naranjas es Catalunya. Pues bien, a pesar de eso, sus máximos responsables, como Albert Rivera e Inés Arrimadas, han decidido refugiarse en las Cortes Generales.
Sin duda alguna es duro vivir el con icto catalán en Cataluña y desde el frente de la trinchera de las instituciones catalanas. Es- toy convencido que es más fácil, y relajado, observarlo desde la distancia.