Dicen que el 80 por ciento de los oficios de los próximos años todavía no los conocemos. Ahora, cuando un niño te pregunta qué podría estudiar, tu le tienes que contestar: hijo, tu facultad todavía no existe. Él se quedará encantado, no entenderá el doble sentido de la frase y continuará jugando al Fortnite y chateando por el Tinder. Les encanta no hacer nada, así que no sufra... hasta que vea que el niño tiene 39 años y sigue sin hacer nada. El futuro laboral no está en el mundo de la robótica, de la inteligencia artificial o eso de los SEM, SEO, SEU, APA SIAU. Pero no desfallezcan, ahora les daré a conocer un nuevo oficio para vuestro hijo. Lo leí ayer en La Vanguardia. El título es un poco feo -apartad a las criaturas- se trata de disimular penes o borrar pollas. ¡Mira! He creado un nuevo insulto al estilo José María García. De nada.
Pues tenemos unos empleados, contratados por los organizadores del Tour de France, que antes de que empiece cada etapa hacen el recorrido para encontrar algún cipote dibujado en el asfalto. Cuando encuentran uno, lo tienen que disimular. ¿Y cómo se disimula un nabo? Pues se trata de tener imaginación. ¡Hombre! Artista, artista no sería, pero menuda creatividad. Por ejemplo, unas gafas y una nariz; el Apolo 11, dos huevos fritos con una salchicha o una bicicleta. Así que si alguien de vuestra familia empieza a trabajar en esto, muy dignamente, no le preguntéis de qué trabaja porque puede pensar que es un gili-pollas. Ahora que lo miro... añadiendo dos palitos a las "partes redondas" tendríamos un nuevo logo para el PP.