Hoy ya es el tercer mail que envío y recibo una respuesta en segundos. Cuando he visto la bandeja de entrada llena, en agosto, de repente me he sentido un hombre importante. En el mundo de las comunicaciones eléctricas eso está al nivel de entrar en la web de Renfe y poder comprar un billete. O, más difícil todavía, poder hacer alguna cosa on-line con Hacienda. Que Correos funcione ya se lo pediré a algún santo. Pues he estudiado las respuestas automáticas del mail. ¿No hay gente que hace estudios sobre el ciclo de reproducción de los bonobos?
Vosotros diréis que las respuestas automáticas son todas iguales. Error. Son de diversos colores y se puede leer entre líneas. Una de las que más me sorprenden son las del tipo: «I am currently out of the office». Y resulta que es tu amigo Pedro, que la última cosa que le has oído en otro idioma es Coca-Cola. Lo ponen en inglés para que veas que habitualmente hacen gestiones con Trump o con actores norteamericanos como el Pau Newman. Como diciendo: «ey, que yo trato con gente importante, ¡Eh! Después tenemos los preocupados: «Gracias por tu email. Estaré fuera hasta el 19 de agosto. Si necesitas algo urgente contacta con marketing». Y resulta que en 1965 le pedistes una gestión a ella, y a marketing, y te han contestado lo mismo que Harpo Marx. ¡Moc! ¡Moc!
Después tenemos los que van a saco, del estilo «estaré en la oficina el 25 de agosto». Que no dicen nada, pero, entre líneas te hacen sabe que hasta ese día no toques los c… Finalmente, tenemos los imaginativos. Os pongo un ejemplo que vi hace unos años. Decía así: «Me gusta cuando callo porque estoy como ausente»… de la oficina.