1.-Llamar a X para que un ser humano, bípedo, que cobra para hacer de muro y que no llegues a hablar con X te cante como la Rosalía: «tiene que enviar un mail, trá, trá». Estarás agonizando en la UCI con 103 años y todavía no te habrán contestado.
2.- Et haces agente del CNI (el único que habrá aquí, están todos en Ginebra ahora) y consigues el teléfono de la persona con la que quieres hablar. No te contesta.
3.- Le envías un WhatsApp diciendo que le has enviado un mail. Se enfada porque considera que has accedido por una vía inapropiada y no te contesta.
4.- Tienes un amigo que es amigo del perseguido. Te dice que te dará otro mail más personal, pero que le envíes un mail a él para recordarle que te tiene que enviar el mail del otro.
5.- Le recuerdas unas semanas después que no te lo ha enviado.
6.- Coges el caballo, la pistola y el sombrero y decides visitar a la persona con quien quieres hablar. En la puerta, uno de seguridad te pregunta si tienes cita. «¿Cómo se hace eso?». Te contesta que con un mail a X.
7.- Te cabreas, te vistes de periodista y vas a ver a un sindicato. Intentas contrastar, pero ¡oh! Como no te contestan…. Después te vas a Reus, tomas un Ryanair de 20 euros y pa Londres, a la central de la multinacional donde trabaja «mister ocupado». Les dices que tienes una «perla» que puede hacer que todo su imperio se vaya a la mierda. ¡Ooooh! ¡Sorpresaaaa! ¡Te atienden! Sin cita. Una señorita con una identificación donde pone Ms. Moreno, que es de Badía del Vallès, gestiona el gabinete de crisis. Te dice que llamarán a Tarragona «donde le pedirán disculpas». Aquí te censuran que hayas ido a Londres a ponerlos a parir en vez de enviar un mail… ¡y todos cobran 4.000 euros netos al mes!