Hoy hablaré de un tema nuevo: el Procés. He oído la noticia de la Diada en las radios y he visto algunos titulares que intentan desmoralizar. He leído el artículo de un amigo a quien quiero sobre el tema, y sé que lo hace con toda la buena fe del mundo, pero entre líneas detecto una crítica al movimiento de autodeterminación. Cuando he llegado a la línea 35 he tenido que dejar de leer, cabreado. Me preocupa que si no soy capaz de digerir las palabras de alguien cercano, es que tenemos un problema importante. Vuelvo a decir lo mismo de siempre, no es un tema del capricho de cuatro malotes de un pueblo, no es un tema de Código Penal, es un tema de negociación política. Se soluciona negociando, pactando y haciendo propuestas.
Ayer llegaba la esperada crítica sobre la bajada de asistencia a la Diada. ¡Hala!, «¡Ya les hemos ganadoooo!». No han entendido nada. Los que no han ido a la mani es porque están pensando en otras medidas que no son mover una banderita, quizás prefieren mover un poco el IPC. Si estáis pensando que soy un catalanista caliente, os lo aclaro: soy español y quiero mi tierra. ¿Ya está claro? Pero, ¿Cómo es posible que gente con experiencia y cultura no vean que tener políticos en la cárcel no soluciona nada? Que a palos no acabaremos con un problema político de Cataluña, de la Amazonia de Bolsonaro, de los guanches canarios o de Gibraltar. Que dejen de entender el mundo des de la imposición y la conquista. A ver, señores, yo he votado a gente que el 6 de septiembre llevaron a cabo una acción en el Parlament que yo aplaudo y considero no punible. Los castigáis, y yo volveré a votar a los mismos para que hagan lo mismo. ¿Se entiende ya que la represión no es la solución? Feliz Viernes 13.