Ya sé que todos habéis leído muchas veces que soy un andaluz IRPF, indepe, rojo, pobre y falso. Pero no sé si habéis visto que siempre menciono Riudoms en mis artículos. Lo explico. Un día, un amigo me dijo: «Moisés, te darás cuenta con el tiempo que Riudoms es el Detroit del Camp de Tarragona». Entiendo que lo dijo porque había muchos emprendedores e industriales, como Gaudí o el Salomó, no por estar lleno de delincuentes. En 1972 llegué a Salou con el Sevillano de Renfe. Me arrodillé ante la Torre Vella y grité: «Descubro esta tierra en nombre de los andaluces». Un amigo de mis padres se acercó y dijo: «Pepe, tu hijo promete, voy a enseñarle Riudoms». Recuerdo ver desde dentro de un mini aquella larga y estrecha calle por donde circulaban carros de payeses con mulas. Y pensé por qué caray no me habían enseñado la boîte Flash Back en vez de un pueblecito donde hacían coca de cebolla.
He buscado Riudoms en un diccionario de 1850 que robé en el Mercado de Sant Antoni: «Villa de la provincia de Tarragona con 1.000 vecinos, a dos leguas y media de la capital». Si Tarragona tenía entonces 2.900 habitantes, haciendo un cálculo patillero, ahora nuestro Detroit tendría que tener 35.000 ánimas. Gaudí, el show de la colza, Guinjoan, Salvadó… ¡Riudoms es la auténtica capital! El jueves fui a una excursión de prensa del 150 aniversario del Port moderno de Tarragona. Esperaba impaciente ver a Montse Adan, pero, ¡qué decepción!, vino Cruset, mucho más feo que ella. Aproveché el largo trayecto en bus de 100 metros para investigarlo: es simpático y se le ve buena gente. No parece un presidente. Pedro Sánchez tampoco, pero Josep Maria es más inteligente: Imaginad… ¡Es de Riudoms!