Ayer me levanté de la cama y tiré hacia el lavabo a aceptar las «cookies». Me quité de la barba las bolas y las luces de Navidad, y a empezar un nuevo año. Sí, amigos, entre los regalos que me han hecho el Tió y el Olentzero había un pack de bolitas y lucecitas para decorar la barba. No encuentran solución al cáncer o cómo hacer sostenibles las pensiones, pero en este mundo hay millones de personas pensando en diseños de jerséis para gatitos, gorras con ventilador y calienta-manos con USB.
Medio dormido, he mirado por encima las noticias, y se me han abierto los ojos de golpe como si en el wáter hubiese una serpiente con cara de… mejor empezamos en Pau. Y es que he visto un titular donde se podía leer Carlos… está en Libia después de huir de la justicia japonesa. ¡Ostia! Me he restregado los ojos pensando que en la tierra de Son Goku nuestro Shin-chan de la Selva había hecho otro «culet, culet», en este caso a Malxena. Después de tomarme una Agua del Carmen he visto que era otro Carles, el Ghosn –el expresidente de la Nissan- que ha huido hacia Libia dentro de una funda de contrabajo. Debe ser bajito este hombre ¿No? Por cierto, que ahora haré un chiste malo, pero hay mucha gente que también viaja «contrabajo». ¿Qué queréis? Quien puede escribir buenos chistes un 1 de genero a las diez de la mañana.
He seguido mirando los digitales y he leído que la noche de Fin de Año se había producido 46 detenciones, 16 accidentes y 3.000 llamadas al 112. Miguelito Buch ha hecho una rueda de prensa diciendo que ha sido una noche tranquila. ¿Qué sería para este nombre una noche movida? ¿Apocalypse Now? ¿Festejar con las dos de Azucar Moreno al mismo tiempo? Quizás que los reyes viniesen en elefante el día 6.