Tribuna
Gente II: Jordi Folck
¿Empiezo por su faceta de escritor?, ¿de actor?, ¿de productor musical?, ¿de cantante?, ¿de editor?... Lo mejor será empezar por el principio: por su «fazeta». Jordi tiene un físico que recuerda una mezcla entre Woody Allen, Cyrano de Bergerac enviant whatsapps sin parar, y la negrita de la Vivien Leigh después de la dieta de la alcachofa. Quevedo se inspiró en él y no en Góngora para su poema del pegamento. Y precisamente debe ser este apéndice el que le confiere un gran olfato para la cultura. Seguro que antes de convocar cualquier premio literario le llaman para saber qué necesita, porque ha ganado todos los concursos de literatura infantil y juvenil que existen. Es difícil describir la actividad de Folck, perdón, la hiperactividad de Folck. Los puedes ver de árbitro en un anuncio sueco de la Champions, sirviendo una cerveza en un crucero de la Heineken, en una serie de TV3 o presentando una gala. Mientras tu estás pensando que estaría bien escribir una novela sobre como un diputado «semideshabilitado» se enamora de una estatua del Parlament, él ya está escribiendo el número de la matrícula de la furgoneta de la distribuidora que llevará sus libros. Puedes estar con él tomando unas tapas en una terraza y que, de repente, se ponga a cantarle a un niño, o bailar como el Kelly un día de lluvia. Los dos nacimos el mismo año, crecimos en Reus, coincidimos en el Orfeó Reusenc, en el Times, en la mili… ¡Pero nunca nos cruzamos! Ahora, pasea por los teatros de Cataluña una obra suya: «¡Ningú és un zombi!» y se representará el domingo 19 de enero en el Teatro Tarragona. ¡Id con los niños! ¿Habéis pensado, quizás, que he hecho este artículo para hacer publicidad de su obra? ¡Qué buena nariz tenéis!