El Quim, Enrique y Teruel

El sábado fui al Teatre Tarragona. Ya sabéis que me contrataron para hacer los coloquios. Son conversaciones con los actores con un formato que me recuerda ciertas tertulias televisivas. Por cierto, que hemos cambiado a los tertulianos que fumaban en la tele, en los años 80 y 90, por los de ahora, que ya llegan fumados directamente al plató. El sábado me reí mucho en el teatro. Con el Quim Masferrer también, pero más con Enrique Villagrasa. ¿Cómo? ¿Qué no le conocéis? Poeta, escritor, periodista y jefe de comunicación del Port de Tarragona. Ya sabéis lo que hace Quim: pasea por la platea buscando gente que por su perfil puedan dar juego en una conversación que haga reír al resto. Vaya, lo que hace Iceta o el Josep Bou. Pues de las 600 personas que había allí dentro del Teatre Tarragona, el Quim fue a parar a Enrique, que ha toreado en tantas plazas que un animal escénico como Masferrer es para él un pequinés. Enrique hizo apología del «teruelismo», levantando aplausos en la sala como si fuese un mitin del Guitarte de «Teruel Existe». A su lado se sentaba el Chema Marsal, que dejó el periodismo para entrar con calzador en el mundo del comercio. Le pregunté si echaba de menos el periodismo y estuve a punto de perder las fundas que me puso el Messeguer en los dientes. Pues creo que pediré al Ayuntamiento que la temporada que viene en vez de Joan Pera, el Quim Masferré o el Señor Marce·li, inviten a Villagrasa para que nos haga una representación poética. Quim desveló un dato estadístico que estremecía: de cada 100 personas, hay un hijo de puta. O sea, que en Tarragona hay 1.000. Empiezo a poner aquí los nombres de los que conozco… ¡Vaya! No me queda espacio.