No doy abasto introduciendo noticias del coronavirus en el actualitatpenal.cat porque cuando acabo de poner un nuevo caso en Italia, aparece uno en Madrid y cinco minutos más tarde tenemos un segundo caso en Cataluña. ¡Uf! Entonces sale otro en Canarias. Por eso, harto de esta enfermedad que es pandemia de 9 a 2 y un simple constipado de 3 a 7, puse la tele para ver al Ikea Sánchez (ahora fabrica mesas) y la super Borràs hablando en el Congreso del tema territorial. La Laura dijo que no habría solución sin referéndum y Pedro, que Cataluña era… (no me hagáis escribir, sirve cualquier artículo mío del 2018).
Me sorprendió especialmente que el ministro Marlaska dijera que sí, que sí, que España tenía condenas por no investigar las presuntas torturas, pero que hay otros países donde tienen más denuncias que nosotros. Sí, a mi se me ocurren un par: el primero debe ser Turquía y el otro Chiquitistán, el país del de la Calzada. Por un momento me he imaginado un juicio donde el acusado de lesiones dijese: «Mire, reconozco que pegué, pero ¿Usted sabe la cantidad de gente que paga en el mundo?». Es una lástima que este ministro no entienda que, como juez, quizás tendría que haberse puesto las pilas en aquel momento de su carrera. Digo que es una lástima porque en líneas generales me cabe bien, modernito, y que no se parece a Rodolfo Martín Villa. Mucho más feo que él, ¡Dónde va a parar! Pero me gustaría que no tuviesen nada en común. Aunque, ahora que pienso, he ido a una óptima a hacerme unas gafas y me han dicho que vuelven a estar de moda las gafas grandes de baquelita, estilo Kim Jong Un.