Sí, he cambiado la foto de aquí. Es del Pep Escoda. A veces nos cruzamos por la calle con artistas-genios sin saberlo. No lo digo por mis vecinos, sino porque este fotógrafo del Serrallo que compró un billete de avión para la Part Alta. Un hombre que es más probable que alguien lo conozca en París, Miami o Nueva York que en Sant Pedro y San Pablo. Y así nos va, que ponemos la tele y vemos a Pedro Sánchez «cantando» en «Operación Fracaso» y no sabemos todavía quien es.
Pronto saldrá al mercado un libro que se titulará «Els 155 Manaments» del Moisés. Una servidora. No hace falta que explique de qué va, ¿No? El editor, Jordi Folck, me dijo que quería que la portada fuese un retrato de Escoda. Y aquí empezó la aventura. Es más fácil tomar un café con tu abuelo que murió en 1965 que quedar con él. Le llamé y estaba en París. Miré por internet qué hacía este hombre y vi que ha fotografiado a grandes escritores y actores de todo el mundo. ¡Qué lujo! A mí, que la única cosa que me une a Paul Auster es su apellido (austero) porque no tengo un duro. Semanas después de perseguirlo, lo encontré en las puertas de la antigua Audiencia. Me dijo: «Ya te estudiado. Americana oscura, una máquina de escribir, unas correas de acordeón, un jersey oscuro de cuello alto, no te cortes el pelo, córtate los pelos de la nariz…» Eso sólo era el principio. Antes de ir al estudio, Escoda me llevó a una terracita de Montmartre a tomar un café. Y, el cabrón, continuaba analizándome. Finalmente, en su estudio, puso música, se tiró al suelo con la cámara y me hizo un cuadro de Goya, una sinfonía de Mozart. Es un puto genio. No es de extrañar… es del Serrallo.