Los plenos de Tarragona antes se parecían al plató de rodaje de la peli de Lola Flores «Juana la loca… de vez en cuando», pero ahora son la serie «24». Durante cada capítulo, el detective Pau Bauer aparece en una pantalla dividida llena de ventanitas donde van saliendo todos los personajes que participarán en la aventura de cada día. Tengo que decir que agradezco a todos los políticos su esfuerzo por aprobar medidas en estos días domésticos en que ya no barren para casa, sino dentro de la casa. Las aprobaciones que más me gustan son las que reparten dinero para los que se han quedado con una mano delante y otra en la cartera. También me gusta la versión tarraconense del programa «¿Quién vive ahí», porque podemos curiosear donde viven… a excepción del Hitchcock Fortuny, que llena todo el plano y sólo deja ver el interruptor de la luz. De hecho, sin que él apriete el botón no es hace nada en la casa grande.
Pero lo que más me intriga es que creo que el alcalde Ricomà tiene un doble para cuando se cansa. Sí, sí, mirad la grabación y veréis que uno va con americana y el otro no. O quizás le cogió frío al oír alguna explicación de voto. De repente, se produce un momento de tensión. Se quedan todos callados y no saben donde mirar… hasta que aparece Laia, toda revolución, para decir que si el invento no funciona, que utilicen el teléfono. La Maria Elisa, más maja que las pesetas, está muy atenta al orden del día y recuerda que el punto 1 no se ha votado. El Viñuales se pone la mano sobre los ojos por enésima vez, parece que esté en la playa cubriéndose del sol. Yo creo que tendríamos que enviar la grabación del pleno a Hollywood. Seguro que les darían un par de «Globos de Oro».