Una noche convocaban una concentración a las puertas de la comisaría de Mossos de Camp Clar para defender nuestra policía. Fui para mostrar mi solidaridad con ellos. Éramos cinco personas, porque aquella noche hacían futbol. Me han hecho decenas de entrevistas como escritor de temas policiales y siempre he hablado bien de los Mossos, de su perfil técnico, moderno y alejado de lo que ya sabemos. La Policía de la Generalitat es como mi casa y sus componentes son mis amigos y tendrían que ser los vuestros. He estudiado criminalística con ellos, los conozco bien y son buenas personas, en general.
En los últimos tiempos debo haber dejado sorprendidos a los del gabinete de prensa del cuerpo y los que me conocen no deben entender por qué critico con dureza algunas actuaciones. Parece complicado de digerir, pero no lo es tanto. ¿Es Villarejo un digno representante del Cuerpo Nacional de Policía? ¿Fue Roldán alguien que honró a la Benemérita? Pues yo ataco a los que manchan la imagen de un cuerpo amigo.
Los ciudadanos no somos «gilipollas» y comprendemos que debe haber un servicio de orden en el país, y tiene que ser contundente y proporcional si es necesario. Pero, si yo estoy en una terraza, se para una furgoneta de Mossos y me llenan de porrazos porque les ha pasado por los cojones, lo que quiero es que el senyor Buch los eche fuera del cuerpo, no que haga un mitin en Egara diciendo que tenemos que cambiar los protocolos policiales. Si una furgoneta de Mossos atropella a un tarraconense, lo que quiero es que ese hombre no vuelva a conducir una furgoneta policial, no quiero que un político haga una rueda de prensa de mentirijillas. Hemos investigado y el resultado es que estamos investigando. ¡Basta ya de tomar el pelo!