Ayer me levanté con la noticia de que un juez de Lleida tira atrás una decisión de la Generalitat sobre el confinamiento del Segrià, porque dice que le toca decidirlo al Gobierno de España. Los de allí consideran que los de aquí no lo hacen bien. Los de aquí creen que los de allá todo lo hacen mal. La justicia, independiente, muy independiente y que mucho independiente, curiosamente siempre tira hacia el mismo lado. Funcionarios de prisiones amenazados por los que ya sabemos. Causas judiciales que corresponde juzgar en Cataluña que se juzgan en Madrid. Hay funcionarios de la administración de Justicia que son muy buena gente, de Guadalajara, Cuenca o El Ferrol que son destinados a un juzgado, por ejemplo de Olot, y que los han enviado allí sin saber catalán. Vecinos de Olot que tienen el derecho a hacer las gestiones en el juzgado en catalán, pero no las pueden hacer. Los dos, el de Guadalajara y el de Olot son víctimas de esta estúpida dualidad que nadie soluciona. Me ha pasado a mí mismo. He entrado en las oficinas del INEM, que también son las del SOC. Mi gestión ha tenido dos respuestas diferentes la funcionaria del Servei d’Ocupació de Catalunya me ha dado una resolución y el funcionario dependiente de Madrid me ha dado otra solución completamente contraria. Además, no tenían cara de ser muy amigos. ¿Hasta cuándo estaremos en un mundo en que la goma de borrar de la mesa de un juez dependa de la Generalitat, el sueldo de Madrid y el edificio de la madre que los parió? ¿Somos los ciudadanos unos imbéciles a los que pueden pasear de un lado al otro a su capricho? Independencia, federalismo o turismo, pero aclaren de una vez esta situación. Harto estoy de cambiar el idioma del Word cada vez que tengo que escribir este artículo.