Los días que no me sale ninguna idea divertida para entreteneros, hago lo mismo que Quim Torra: miro al cielo para que me venga la inspiración divina. Pero hay días que Dios está reunido y, al final, voy a parar a las noticias. Ayer, dos informaciones me levantaron la fantasía: la primera hacía referencia a un atracador de banco que fue detenido en Asturias y que llevaba mascarilla. ¿A vosotros no os resulta cómico que un señor llegue con una escopeta recortada al banco y grite: «¡Si te mueves, te mato!» pero tenga la delicadeza de taparse la boca para no contagiarte? Me ha recordado la paradoja de la obligación del Estado de protegerte para que no te pase nada… mientras te da una paliza con una porra en un colegio.
Ahora os hablaré de espías. WhatsApp dice que le ha enviado una carta a Torrent para comunicarle que, efectivamente, su teléfono fue violado por el sistema Pegasus. Y yo me he preguntado: ¿Por qué no le ha enviado un WhatsApp en vez de una carta? Ya sé que debajo de mi nombre pone periodista, pero también sé que vosotros pensáis que soy más humorista que heredero de los conocimientos de Victoria Prego (una chica comunista). Pero, hoy os demostraré que tengo buenas fuentes. De joven tuve una novia de Riudoms que ahora trabaja en el CNI y, ¡Temblad! Tengo acceso a los mensajes interceptados por Pegasus. Es fortísimo: «Ey, cariño, ¿Qué tienes hoy para comer?» «¿Todavía no habéis declarado la independencia?» «Ya sabes, cari, que es un proceso largo». «Pues, mira, yo también procesaré una fricandó. Pasa por la Boquería y compra setas, que será la bomba». Los del CNI consideraron muy importante este último mensaje y fueron corriendo a interrogar a King África.