Ya estoy cansado de todos vosotros. A ver, antimonárquicos mal nacidos que rezáis al demonio de Waterloo y al Oriol de los Huertos, ¿Por qué habláis de ayuda cuando os referís al viaje del emérito? Quizás os pensáis que ha ido a tomar el sol, que le pondrán una pulserita para llenar su estómago real con mojitos gratis y le harán masajes. ¡Mentira! Don Juan Carlos ha ido a conseguir que el AVE que tiene que comunicar la provincia de María Trinidad con La Romana vaya a manos de una empresa española.
Ayer oía a dos tíos en un bar diciendo que ahora vivirá como un marajá. ¡Los que viven como unos majaras son ellos! ¿Cómo crees que ha vivido en los últimos 45 años? ¿Buscando comida caducada en los contenedores? Para qué necesita alguien que tiene millones y millones -en blanco, en negro y en azul- masajes, barcos o playas, si los ha tenido toda la vida a su disposición… ¡Y gratis!
El emérito es un tío cojonudo, amable con todos, follador, buen militar y amigo de Pujol. ¿No tenéis bastante con eso para ver su bondad? Tiene una amante, sí. ¡Porque es un hombre como Dios manda! Y sí, también le gusta la caza y los toros. ¿Cómo os pensáis que conseguían la carne los primeros hombres? Llamando por un colmillo de Mamut al Just Eat? Pues eso, que en estas visitas de empresarios no se entra en ningún burdel, ni se bebe alcohol, ni se fuman porros. Ah, y a las seis de la madrugada todos de pie a hacer país. En estos viajes sólo se está pendiente de conseguir un buen negocio, y Don Juan Carlos les ayuda de manera altruista. Con su sonrisa seductora lo consigue todo. Mira, acaba de salir el BORDE (Boletín Oficial de la República Dominicana). ¡Le han concedido el AVE a Ruiz-Mateos!