Me ha costado montarla porque los de Aliexpress con esto de la pandemia han tardado mucho, pero ¡Ya la tengo!. Ayer probé mi nueva máquina del tiempo. Toqué la ruedecita, como si fuese un microondas, y me envió al momento en que Alfonso Guerra era de izquierdas. Después vi la proclamación emérita y recordé que Frederic Porta había festejado con una azafata del 1,2,3 Responda otra vez, así que tiré hacia el programa de Kiko Ledgard, para ver si a alguna de aquellas modelos con gafas les gustaban los barbudos del futuro. Hoy he ido al año 530 para ver cómo manejaban una pandemia en aquellos tiempos. He encontrado un abuelo, un tal Triarius, que me ha dicho que en la ciudad de Constantinopla de cada cuatro personas, una había muerto y que no sabían ya donde meter los cuerpos. Entonces, me ha parecido ver una cara conocida: era Miguel Bosé. «¿Qué haces aquí?», le he preguntado. «¿Te crees que sólo tú compras por Aliexpress, bandido?». Hemos recorrido la ciudad viendo como los romanos circulaban con carros llenos de cadáveres de autónomos. Yo estaba horrorizado, pero el cantante decía que sólo estaban borrachos. Entonces nos hemos cruzado con el emperador Justiniano, a quien le ha hecho mucha gracia saber que yo era de Tarraco. Me ha dicho que recordaba el pub Poetus y me ha preguntado «¿Ferran Gerhard siguen yendo por el Motoclub?». Me ha dicho que dudaba si prohibir fumar en las tabernas y yo le estaba aclarando que no hacía falta, porque todavía no se conocía el tabaco, cuando he oído un gemido y he visto como Miguel Bosé caía al suelo. En un momento ha aparecido Jordi Hurtado con un carro y lo ha cargado como si fuese un muñeco de trapo. Justiniano ha gritado de lejos: «Tranquilo, Miguel, seguro que sólo son gases».