¡Qué ilusión me ha hecho! Mira que me lo habían dicho: ves con cuidado cuando entres en el mundo del Twitter que te saldrán miles de críticos y pueden llegar a insultarte. Pero, por otro lado, si no tienes haters no eres nadie, y si Pérez-Reverte no te ha bloqueado, tampoco. Pues desde hace unos días experimento colgando este artículo en mi cuenta @moxes101 («si me queréi, seguirme» Lola Flores 1983), para saber si los lectores muestran disconformidad con lo que digo. Es que a través del diario en papel es difícil recibir vuestras opiniones. De tanto en tanto llega alguna carta al Diari Més, pero habitualmente son de gente que todavía escribe con una Olivetti Lettera, y eso ya sabéis qué quiere decir.
Pero no ha sido por un manament que ha aparecido la seta. Ha sido cuando he colgado una foto con Joan Pera y David Olivares, el que hace de Tomàs Molina en el Polònia. Una señora de VOX ha irrumpido en mi casa, que en términos electrónicos se llama timeline, para echarme en cara que no llevamos mascarillas. Como un inexperto en haters… perdón, primero explicaré lo que son. Sería un «odiador» profesional o también se podría llamar «el abominable hombre del Twitter». Pues, lo que os decía, que he ido, como un pardillo, a justificarme: «la foto es de hace meses». Y ella, como si fuese la señorita Rottenmeier riñiendo a la Heidi, ha contestado con un «¡Ah, bueno!». Yo pensaba que volvería a disparar, pero no. Aquí ha acabado mi primera experiencia con una hater, que al ser de VOX se ha de considerar de la Champions. Entonces he hablado mal de Rajoy, y Alejandro Fernández me ha empezado a seguir. ¡No hay manera de tener gente que me odie! Yo creo que los de Reus son mejores que los de Tarragona. Ahora sí, seguro, ya verás…