Hoy era fácil empezar estas líneas haciendo cachondeo de la guerra de las siglas, pero -¡uf!- estoy un poco harto de política y me da pereza. También es que me caen bien Puigdemont y Cruset, el del Puerto, y no quería hacer sangre del temita. ¿Vosotros también estáis hasta el colon de la política, no? Ah, del Messi y del Burger King también. Pues vamos al grano y hablemos de televisión: He visto que Marianico el Corto protagoniza una serie en TV3 titulada «El último show» («L’últim show»), donde también participa el Señor Barragán. Son dos humoristas que no he podido evitar relacionar con un registrador de la propiedad y su amigo «gazpacho». «¡Abuelooo, que hemos quedado que no hablaría de política!». Perdone, no sé donde ve usted la política.
En la serie, que yo habría titulado Sigena, porque es una coproducción de Aragón TV y la televisión catalana, Marianico intenta deshacerse de su personaje humorístico para dar una imagen más seria y dramática. Me siento identificado con este personaje porque yo también me siento humorista pero, por otra parte, me gusta que la Seguridad Social me tome en serio y no me cobre el autónomo cuando el máximo riesgo laboral que tengo es aguantar dos horas el libro «M’explico», de Puigdemont. A la pareja de humoristas-bailarines Michael y Zeta también les gustaría que los tomasen en serio, pero sus guionistas son peores que los de «Los Bingueros». Yo considero a los humoristas auténticos eruditos. Seguro que habéis oído alguna vez que es más fácil hacer llorar que hacer reír. Lo podéis comprobar fácilmente con los últimos actores que han llegado a caballo a la «Carrera» (San Jerónimo se ha ido cuando los ha visto). Esperemos que dejen de hacernos llorar y, si es posible, que interpreten ya «El último show».