Tribuna
El mundo ha cambiado
El mundo está cambiando… lo siento en el agua… lo veo en la tierra… lo huelo en el aire.
Este es el inicio de la trilogía de El Señor de los Anillos, una obra de fantasía épica, que se sitúa en la tercera edad del sol, de la tierra media.
Nuestro mundo también está cambiando y no precisamente para mejor, lo he visto en los hospitales, aunque la incidencia del Covid-19 afecte al 6% de las camas, han suspendido todas las visitas programadas y sin saber cuándo se realizarán.
En la mal llamada asistencia primaria, que se mantiene cerrada a las personas y solo te atienden por teléfono, si es que tienes la suerte de que te lo cojan, aplicándote tratamientos sin verte. Algunas personas que tienen visita concertada para algún tema de gran importancia como bultos en los pechos, las ponen en listas de espera sin saber cuando las llamaran, en algunos casos puede que cuando las llamen ya no lo necesiten.
Se ve cuando necesitas solucionar alguna cosa en las oficinas de empleo o en el SEPE, todo es por internet y las oficinas se mantienen cerradas a cal y canto, los servicios o las dudas tardan meses en ser aclaradas.
En los ayuntamientos o los servicios municipales, ya sean administrativos, culturales, deportivos o del tipo que sean, todos son por vía telemática y para asistir a una instalación tienes que pedir hora antes, aunque vayas solo.
Si formas parte de una entidad social y quieres reunirte con un representante municipal, olvídate de aquello de llamarle por teléfono y quedar con él, tienes que contactar con su secretaria o secretario para tener una reunión telemática, que no sirven para nada, porque la mayoría de los temas no hay forma de enterarse.
Se han creado dos mundos en uno, el de los que trabajan en las administraciones públicas, los que hace más de seis meses que trabajan desde casa, incluso los bancos se han apuntado a esta moda. El otro el lo visitan cada día ciudadanos y ciudadanas como si no pasara nada, por ejemplo los bares, restaurantes, pequeño comercio, hipermercados y el resto de los trabajadoras y trabajadores que tienen que dar la cara, aunque sea tras una mampara de metacrilato.
No se hasta donde llegaremos en esta transformación, de hecho, nadie sabe hasta donde llegaremos. Los que se consideran nuestros lideres solo dan palos de ciego, no saben cómo actuar, todo los hacen para transmitir una falsa sensación de que controlan el problema, aunque el problema sea cada vez mayor.
El mundo esta cambiando, lo veo en nuestro día a día, cada vez las personas tenemos menos derechos y a nuestras vidas se le da menos importancia.